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(18:35 p.m - Pueblo de Karmaland)





Sus mejillas estaban ligeramente ruborizadas, su rayada cola trataba de cubrir sus piernas, sus orejas se encontraban caídas debido a la vergüenza y sus temerosos ojos celestes miraba su reflejo en el espejo donde sus sus extremidades se encontraban al descubierto debido a las ropas ajustadas a su cuerpo que no le dejaba nada a la imaginación.

No podia reconocerse en el espejo.

Por otro lado su omega chillaba de felicidad al verlo en ropa más bonitas y dignas de un omega, quería darse la vuelta para ver el encaje de la espalda del ajustado vestido negro.

Luzu: ¿No crees que es muy revelador? - Miro el reflejo de su amigo quien se encontraba detrás suyo analizándolo de pies a cabeza.

A pesar de que ese vestido solo lo uso una vez que intento salir con un alfa, le quedaba a la perfección al cuerpo del felino resaltando la parte del pecho y caderas.

Lo que si arruinaba aquel bello vestido era esa horrible pañoleta que se notaba era vieja.

Rubius: Mmm me gustaba más el tercer vestido - Murmuró mirando fijamente aquel pañuelo, sus dedos se movieron a un constante ritmo de molestia al ver que esa prenda arruinaba todo el complemento - Ya enserio Luzu, quítate esa cosa del cuello.

Se paralizó al verlo acercarse en su dirección con intención de sacarle la tela, se volteo dando un paso atrás manteniendo la distancia del oso para que este no pudiera sacarle dicha prenda.

Desde que comenzaron con las pruebas de ropa Rubius soltó un pequeño comentario que encendió todas sus alertas.


"¿Por qué no usas un collar en vez de esa tela?".


Un simple comentario para algunos pero para Luzu fue como una daga de doble filo.





¿Acaso vio la marca?





En sus iris apareció un pequeño destello rojo, sus colmillos aumentaron de volumen y su aroma a chocolate se volvió amargo por la fuerte presencia del omega que quería salir e incrustar sus garras en la bonita pero a su vez tonta cara del oso.

Luzu: No - Soltó un gruñido en advertencia volviendo a calmarse ante la ignorancia del beta - Es una prenda muy importante para mi.

Fingió una sonrisa acomodando el pañuelo en su cuello volteándose a ver en el espejo.

Realmente esta nervioso por tratar de cubrir su cuello, sobre todo en esa zona, suspirando aliviado al no ver los colores morado y verde de la marca.

El oso no se había dado cuenta de la "amenaza" del felino, ni mucho menos que su casa ahora estaba impregnada con el aroma a chocolate pero ahí estaba de pie haciendo carita de perrito para que el tigre cediera en quitarse aquello para mínimo cambiarlo con una tela mas fina y de un color más bonito.

El felino es mío  - LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora