Detuvo el movimiento de sus brazos dejando el instrumento puntiagudo incrustado en el suelo agudizando sus sentidos auditivos en busca de algún sonido de alguna criatura, volteo la cabeza en todas las direcciones ante el constante malestar de su animal que no paraba de gruñir a la defensiva.
Algo andaba mal, su instinto se lo estaba advirtiendo pero no sabía que era.
No fue hasta que sus orejas detectaron un ruido detrás de él que se levantó del suelo alargando sus garras y de un rápido movimiento se lanzó aquello, tomándolo del hombro y empujándolo con fuerza al suelo dejándolo a su total merced.
Su pupila estaba contraída en un pequeño punto dejando que sus tan característicos colores llamativos incrementarán anonadando al híbrido que se encontraba debajo suyo.
JuanGuarnizo: ¡¿Pero qué te pasa imbécil?! - Grito ante el repentino ataque del oso luego de haberse ofrecido en traer peces.
Al volver en si, sus pupilas agudas volvieron a su tamaño original mirando con molestia al omega por aparecer de la nada misma.
Debajo suyo se encontraba el omega con su cabello completamente empapado debido a su reciente pesca en el río, sus lentes chuecos le daba un toque humorístico, aunque pasaba a segundo plano por el leve rubor en sus mejillas por su creciente enojo hacia el oso que en ningún momento apartó sus garras cerca de su cuello.
Spreen: Es tu culpa por aparecer como un puto fantasma - Gruño rodando los ojos contrayendo sus garras.
Se incorporo dejando a la nutria en el suelo mientras él volvía con la fogata improvisada.
JuanGuarnizo: Una manita no estaría de más, pendejo - Murmuró entre dientes acariciando su cuello asegurándose en no tener ni un solo rastro de sangre.
No sabia cuanto tiempo han estado caminando y mucho menos a donde se dirigían exactamente pero siempre terminaban encontrando un campamento abandonado o hecho ruinas que les brindaba un techo temporal, hasta que el oso empaque sus cosas y retome su camino.
Dejando atrás a la pobre nutria que aunque no quisiera debía seguirlo por protección y para no quedar solo.
¿Qué si había algún avance entre ellos dos?.
Por supuesto que sí, se hacían bromas, trabajaban en equipo y se trenzaban el cabello mientras hablaban sobre sus problemas amorosos... Claro que era sarcasmo.
La respuesta era un rotundo ¡No!.
La nutria se había arrepentido de haberlo seguido, peleaban, discutían, se insultaban hasta llegar al extremo de los golpes y amenazas de muertes, más por parte de la nutria, no se quedaba callado ante los insultos del oso devolviendo cada uno de sus insultos y golpes.
Una vez la pelea fue tan estúpida que no aguanto mas.
Tomo sus cosas lo más rápido posible y se fue por el camino opuesto al oso, camino en búsqueda de un pueblo que poseyera un tembló para comunicarse con los dioses del todo y regresar con sus seres queridos.
Se terminó perdiendo dentro del bosque de roble oscuro, llegando a una zona donde había champiñones gigantes y criaturas místicas que brillaban en la oscuridad.
Recorrió todo el bendito bosque hasta que cansado de todo, gritó con todas sus fuerzas a los dioses, exigiendo que lo regresaran a su hogar logrando su objetivo al ver que debajo de sus cansados pies se abrió un portal haciéndolo caer directamente a los pies del oso.
Spreen: Te dije que volverías arrastrándote a mi, rata chupapijas - Sonrió con arrogancia viendo fijamente a los ojos castaños del omega.
Juan: ¡¡Eres un estúpido oso de mierda!! - Se levanto con la única intención de golpear al oso pero este logró esquivarlo.
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El felino es mío - Luckity
FanfictionQuackity a llegado al pueblo de Karmaland para rehacer su vida desde cero, esta vez piensa vivir con tranquilidad y sin meterse en pleitos... Oh eso pensó. Quien diria que por un felino su vida daría una vuelta de 180 grados.