Karmaland es un pueblo pequeño y rústico donde predomina la magia antigua, no importa la casta o especie de animal que seas siempre serás recibido con los brazos abiertos sobre todo por el grupo de héroes que fueron bendecidos con la protección de los dioses, ellos brindaran su fuerza e inteligencia para proteger a todos sus habitantes de todo el mal del mundo exterior.
Hasta el día de ayer en que se confirmó la desaparición de cinco híbridos de distintas especies siendo tres omegas y dos betas.
Exactamente de entre los omegas una coatí hembra de veintidós años, una cebra macho de veinticinco años, una mochuela hembra de veinte años y los dos betas una gacela macho de diecinueve años y finalmente un tigre de veintisiete años.
La primera desaparición pasó casi desapercibido al ser un beta pero en cuanto desaparecieron los dos primeros omegas fue los que pusieron en alerta a los oficiales, más por los constantes gritos de los familiares exigiendo que encontraran a sus cachorros, parejas y madres.
Los oficiales se pusieron a investigar los últimos lugares en que fueron vistos y lo que llegará a conectar los casos encontrando a solo testigo jurando ver a la omega mochuela ir al río en busca de pescado para sus hermanos pero eso no les llevo a nada.
Pasaron las semanas y con ello el secuestro y desaparición del héroe Luzu.
Todos se sorprendieron cuando entró el oficial Rubius exigiendo una búsqueda exhaustiva en los alrededores, claro que con extremo cuidado para no alertara a nadie, fallando rotundamente cuando al día siguiente una familia grande de coatíes hembras se pusieron enfrente de la estación exigiendo que encontraran a una de las suyas ante los gritos fueron más que evidentes las desapariciones y con ello el inicio del toque de queda.
El periódico de Karmaland comenzó a circular todos los casos de desapariciones junto a las dos últimas misiones de los héroes donde más de la mitad salió perjudicada y como lo vincularon con la extraña desaparición de los dos omegas y ahora con el repentino "secuestro" de uno de los felinos a las afueras del pueblo fue demasiado llamativo para los habitantes y desde entonces algunos comenzaron a dudar de la creencia de los dioses.
Actualmente dentro del pueblo se fue creando un pequeño grupo de híbridos que estaban en contra de la creencia de los dioses ante los nuevos acontecimientos en cambio la mayoría seguía como siempre.
Fieles a sus creencias asistiendo a la casa de los dioses orando por el regreso de los héroes.
Han pasado exactamente cinco días desde la desaparición de Luzu y todo se salió de control dentro de la manada de héroes.
Vegetta continuo mandando a sus lobos a todos los pueblos cercanos en busca de alguna pista pero algunos de los líderes se rehusaban en ayudarlos debido a los recientes ataques cerca de sus territorios por otros pueblos más grandes. Con ayuda de algunas runas antiguas intentaba localizar el paradero del felino pero su fuerza aún era débil gracias al veneno de la flecha y su maná requería de cinco piedras para mínimo formar una flama.
Rubius intentaba hacer contacto con los otros centros de policías pero estos solo pusieron un simple cartel de "Se busca" en su correspondiente estación, mas no podia hacer nada gracias a la nueva misión encomendada de Merlón pero cada que podia iba a la casa del tigre para únicamente alimentar a las mascotas, su animal interior se encontraba deprimido al no tener mas la compañía del tigre y su único consuelo era la compañía de Manolo y Calamardo que aún están esperando la llegada del felino.
Fargan estaba desesperado pero no por el reciente secuestro del tigre, oh claro que no. Su desesperación se debía a que últimamente en la clínica le rechazaban su visita hacia el omega Alexby, no había caso en que le dejaran entrar y si lograba evadir las enfermeras llegando a la entrada o ventana de la habitación unos guardias que escoltaban al omega lograban detenerlo
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El felino es mío - Luckity
FanfictionQuackity a llegado al pueblo de Karmaland para rehacer su vida desde cero, esta vez piensa vivir con tranquilidad y sin meterse en pleitos... Oh eso pensó. Quien diria que por un felino su vida daría una vuelta de 180 grados.