Capítulo 6;

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Capítulo 6.

"Podemos ser hielo, o tal vez fuego, pero siempre seremos".


El entrenamiento había sido sumamente reconfortante para San, se sentía ligero y alegre. Amaba entrenar, bailar era para él el remedio para todos sus males, mientras entrenaba, su cuerpo y mente se sincronizaban dejando todo de lado.

Mientras salía de la ducha comenzó a cantar en voz baja y tomó ropa cómoda para poder descansar, un simple short y una camiseta con algunos agujeros que era su favorita.

Comenzó a peinar su cabello y sus ojos oscuros se posaron en ese sobre carmesí que había recibido ese mismo día. ¿Quién podría enviarle una carta a él y a Wooyoung?, muchos nombres bailaban en su cabeza, pero ninguno haría algo tan extraño y formal como eso. Sin contar que los sobres no eran comúnmente de ese color. Terminó de peinarse y tomó el sobre entre sus manos, dispuesto a echarle una ojeada a esa carta, bajó las escaleras en divertidos trotes y se dejó caer sobre el sillón.

Rompió un lado del sobre, pero el sonido del timbre le detuvo de terminar la tarea, con un bufido se levantó a abrir.

—Oh —fue lo único que salió de sus labios al ver a Chanyeol y Yunho del otro lado de la puerta, con sus ojos abiertos en sorpresa al verlo ahí—, ¿Hola? —dijo con una sonrisa nerviosa.

Realmente San quería retrasar el mayor tiempo posible que se supiera que él estaba viviendo en la casa de Jung Wooyoung. No lo estaba ocultando, pero prefería evitar que esa información se esparciera como una ráfaga de viento. Inevitablemente se sabría en cierto punto.

—¿San? —preguntó Yunho como si no estuviera seguro que fuera él.

—Sigan, chicos —dijo él haciéndose a un lado para dejarlos entrar—, es una larga y aburrida historia de amor la razón del porqué estoy.

—¿Estás saliendo con Wooyoung? —preguntó Chanyeol en tono aburrido, como si fuera una posibilidad variable y que ya se esperaba.

San lo miró como si estuviera loco, pero antes de responder algo a esa pregunta tan estúpida, unos pasos en la escalera le detuvieron haciendo que se girara y posara su vista en el recién llegado. Sin poder evitarlo, San imaginó lo que había visto horas atrás bajo ese suéter color café oscuro.

—Jamás saldría con él —murmuró Wooyoung terminando de bajar las escaleras.

—Ni yo con él —estuvo de acuerdo San—, ahora, chicos, la razón de porqué estoy aquí es sencilla: vivo aquí.

La cara que tenían los dos mejores amigos de Wooyoung era todo un poema, haciendo que una pequeña risita saliera desde la garganta de San y Wooyoung, causando que inmediatamente la risa se apagara y se miraran entre sí con desdén.

—Mi madre está comprometida con su padre, y ellos han venido a vivir a la casa —respondió Wooyoung dándole una mala mirada a San, quién lo ignoró con eficacia.

—Vaya, eso sí es inesperado —se rio Chanyeol.

Ni que lo digas, pensó San.

—Bueno, me iré a mi habitación, adiós, chicos —dijo San mientras se acercaba a las escaleras, antes de comenzar a subirlas recordó el sobre carmesí que había dejado a medio abrir sobre el sillón, y riendo por su mala memoria se acercó a buscarlo.

Lo tomó entre sus manos y antes de que pudiera girarse del todo, la mano pálida de Yunho se cerró sobre su muñeca con firmeza, haciendo que él frunciera el ceño.

Los ojos oscuros de Yunho estaban fijos en el sobre carmesí que estaba en la pequeña y delgada mano de San, miles de preguntas volaban a su cabeza, pero la principal y la que más le preocupaba era saber cómo mierda él había conseguido una de esas.

Cosas Malas; woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora