Epílogo;

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Epílogo.

—Cariño, vamos a llegar tarde.

—¿Nunca vas a cambiar, verdad?

San rodó los ojos.

—No lo sé —murmuró con fastidio—. ¿Dejarás de ser un idiota?

Wooyoung se lamió los labios y apretó su cuerpo con el de San contra la pared, sus manos cayendo en las caderas de su novio y rozando sus labios con suavidad.

—¿Soy un idiota?

—Demasiado, cabe mencionar —sonrió San sin poder contener el jadeo en sus labios cuando Wooyoung besó su cuello.

—¿En serio? ¿En mi puta cocina?

Wooyoun sonrió y alejó sus manos de San, alzandolas en señal de paz. Jungwoo meneó la cabeza y les hizo una seña con la mano para que salieran del lugar. Habían quedado de estar en el cementerio a las 4 pm.

A medida que el auto avanzaba hacía el cementerio, Wooyoung cambió su semblante y arrugó la frente. Se cumplían cinco años ese día desde aquella noche atroz. El dolor en su corazón parecía haberse asentado como un lugar familiar y no creía que fuera a desaparecer en mucho tiempo.

Cinco largos años de batalla interna, 5 largos años de pesadillas y gritos donde recordaba todo lo que había sucedido como si fuera un veneno que no podía expulsar de su cuerpo.

Sintió un agarre fuerte en su mano. Alzó la mirada.

—Estaremos bien, mi amor.

San se había mantenido a su lado cada día, su amor creciendo con fuerza cada día de esos cinco años, no dejando de ser los mismos juguetones del principio, solo que tomando partido de una relación que los hacía felices. Estaban enamorados, y ya habían perdido mucho, no podían perderse mutuamente. No lo soportarían.

—A tu lado no podría estar mal.

San sonrió.

—Eso no hará que olvide que tienes que lavar la ropa.

—¿Puedo tenerte desnudo después en la ducha?

Jungwoo hizo un sonido de fastidio.

—Estoy aquí, idiotas.

El cielo se veía gris y se notaba que caería una lluvia fuerte. Bajaron del auto sintiendo la pesadez del ambiente. Los pasos se sentían temblorosos a medida que se acercaban al lugar.

Aquella horrible noche, esa donde pensaron que siendo unos simples adolescentes podrían burlar el destino y tomar en manos propias la situación de algo imparable y más grande que ellos. Que equivocados estaban.

Hyuck murió por un disparo atravesando su cuerpo, Sehun disparó a matar sin tener piedad vengando a su madre.

Mingi disparó reaccionando al sonido y acabando con la vida de Yunho, quién no pudo expresar cuán agradecido estaba de que alguien acabara con el sufrimiento que había estado posado sobre sus hombros tanto tiempo.

Y finalmente, Chanyeol había muerto por la combustión de la conexión que había entre él y Hyuck por medio del A13.

Recordar hacía que su corazón se volviera polvo. Había perdido a su familia, a sus amigos y lo único que tenía para sí era recordar el amor que se tenían.

Mingi había desaparecido esa noche y afortunadamente, nunca más volvió a aparecer en Aselan o alrededor de ellos. Sehun se había ido a otra ciudad sin dejar más que una carta, carmesí, por supuesto, pidiendo perdón por todo.

El perdón no era suficiente, sin embargo.

Por medio de una carta anónima, San había alertado de las actividades del A13 y no se cohibió de ensuciar el nombre del padre de Chanyeol. Todos iban a pagar por lo que hicieron. Y él no descansaría hasta saber que la memoria de Baekhyun estaba en paz.

Miró la lápida frente a él, apretando la mano de Wooyoung con fuerza y sintiendo su corazón acelerarse. Había un pequeño sobre carmesí sobre la tumba.

—No puede ser —sintió su voz temblar.

Wooyoung se inclinó a tomarla.

Fin del juego: el acertijo fue resuelto y las vidas necesarias tomadas.

El descanso es efímero y todas las cosas malas siempre vuelven a nosotros.

Leyó en voz alta.

—¿Qué significa? —preguntó San.

—Significa que todo ha acabado... por ahora.

Un silencio frío se formó entre ellos.

San se giró y jaló a Wooyoung, era hora de dejar de vivir en el dolor de lo que no podían cambiar.

—Las cosas malas no van a rompernos, mi amor.

Wooyoung sintió un nudo en su garganta y se giró para observar la lápida detrás de ellos. Donde se podía leer el nombre de tres personas:

Aquí descansan en paz los restos de quienes fueron amados,

Jeong Yunho, Byun Baekhyun y Park Chanyeol.

Cosas Malas; woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora