Cosas Malas; woosan

Capítulo 16;

Capítulo 16.

—Fue grandioso, recibimos cuatro nueves y un diez —chilló Jungwoo al otro lado de la línea—, realmente fue maravilloso.

Una sonrisa triste se asomó en el rostro decaído de San.

—Me alegra saber eso. Confío en que patearon el trasero de todos.

—Lo hicimos.

Se rieron por el comentario y hablaron un poco más sobre cómo estuvo la primera sesión de la competencia. San se sentía algo triste y avergonzado, había entrenado tanto y tan fuerte para ambas competencias, pero por propia voluntad decidió perderse la primera sesión de una de ellas, pero no se arrepentía de esa decisión, confiaba en sus chicos, y sabía con seguridad que lo habían hecho de maravilla, como siempre.

—Hablamos luego, es tarde y ambos debemos dormir —dijo Jungwoo largando un bostezo que sonó gracioso por el intercomunicador del teléfono.

Con un simple descansa, San colgó la llamada, mirando la hora en su teléfono celular; 11:46 pm.

Dejó el teléfono y bajó a la sala, consciente de que ya todos a esa hora debían de estar dormidos. Se sentía nervioso y algo paranoico, pero necesitaba estar solo con sus pensamientos. Baekhyun y Chanyeol eran los principales causantes en ese momento, ¿Cómo estarían? ¿Habían averiguado algo que valiera la pena? ¿Estaban bien?

Recordaba haber leído algunos libros con situaciones similares, pero nunca pensó que él tendría que vivir algo así.

Por momentos se sentía cansado y un poco despistado, ansioso. Quería saber todo sobre esas cartas, necesitaba saberlo; desde niño se caracterizaba por su sed de conocimiento, le frustraba no saber algo que lo involucraba. Era molesto estar nadando a ciegas en un mar oscuro.

¿Qué quería ese hombre?

Tal vez a simple vista la respuesta parecía sencilla; matarlos. Pero había algo más, ni la persona más estúpida y desocupada del mundo mandaría esas cartas solo para intimidar y matar a unos simples muchachos, no, él estaba seguro que todo era algo maquinado y calculado, aunque pareciera estúpido, su sentido de raciocinio le decía que debía atar cabos.

Quiso golpearse contra la pared, ¿Cómo no había preguntado cuál era el comienzo de todo eso?

Corrió escaleras arribas y buscó una pequeña libreta dentro de su bolso escolar, tomó un lapicero y las tres cartas que él había recibido, se sentó en el cómodo sillón de la sala una vez estuvo abajo y comenzó a hacer una retroalimentación de todo lo sucedido, tomándose su tiempo para no pasar ningún detalle importante.

Trazó una línea de tiempo en la libreta, quejándose internamente por no haber tomado un resaltador, sin embargo, no podía dejarse distraer, no ahora que estaba en su modo perspicaz.

—Comienzo de clases; me mudé con el imbécil —dijo en voz alta, poniendo el inicio de su línea de tiempo.

Recordó todo el día, no había pasado nada fuera de lo normal, así que pasó al día siguiente, hablando en voz alta y susurrándose cosas que iba anotando en pequeñas nubes fuera de la línea de tiempo, cosas que estaba seguro le servirían mucho más adelante.

Hyuck; la primera vez que había oído ese nombre había sido de los labios de Yunho, cuando los estaban persiguiendo luego de salir de aquel club en la noche.

Yunho parecía conocer mucho sobre ese hombre o qué pretendía, cuando ambos habían bailado habló de él con seguridad, así que estaba seguro de que tendría que preguntarle a él para aclarar la mayoría de sus dudas.