Capítulo 27;

30 5 3
                                    

Capítulo final.


Chanyeol caminaba lentamente y con un dolor agudo en su pecho en dirección al gimnasio de su escuela, pues esa noche se celebraba la fiesta de disfraces anual. Él no estaba disfrazado, no tuvo realmente tiempo de hacerlo.

—Es una fiesta de disfraces, idiota —recalcó Yunho pasando sus brazos por encima de su hombro, el movimiento sintiendose incomodo e infamiliar. Pero no dijo nada.

Las luces golpeaban con fuerza a su alrededor a medida que se acercaba, los compañeros con los que había compartido infinidad de veces, estaban de un lado a otro usando diferentes disfraces.

—Wooyoung vendrá de SpiderMan, por eso yo soy Hulk —murmuró Yunho—. Y tú debías ser Iron Man.

—No tuve tiempo —masculló Chanyeol, su voz ronca y su cabeza doliendo por las luces.

—¿Dos semanas no fue tiempo suficiente?

Chanyeol frunció el ceño y dejó de prestar atención. Sus ojos siguiendo una figura vestida de SpiderMan por el pasillo. Tragó saliva y se soltó de los hombros, confundiendo a Yunho. No importaba. Necesitaba acabar con eso y poder dejar de sentir esa sensación de asfixia incontrolable.

La indicación era clara.

Matalo.

Suspiró y siguió los pasos de la persona, temblando cuando vió lo inusualmente conveniente que era todo. Los pasillos estaban vacíos a esa hora de la noche, nadie notaría lo que él haría.

Un cuchillo filoso punzaba su manos guardada dentro del bolsillo de la chaqueta azul que llevaba, se detuvo solo un segundo cuando el SpiderMan se giró a verlo, ladeando la cabeza y acercándose a él.

No te acerques, por favor.

Chanyeol sintió un sabor amargo en la garganta cuando la voz en su cabeza se sobreponía a sus pensamientos personales. Él no quería hacerlo. Pero no podía evitarlo.

Con un movimiento rápido, cuando el SpiderMan estuvo lo suficientemente cerca de él, sacó el cuchillo y lo clavó sin piedad en el cuello de la persona frente a él. Y no fue hasta que escuchó su nombre susurrado que sintió su mundo venirse abajo.

Él conocía esa voz... y no era la de Wooyoung.

—Baekhyun —susurró con voz temblorosa.

Se arrodilló con las manos temblando, lágrimas gruesas bajando de su rostro al ver el cuerpo en el suelo sangrando con el cuchillo aún clavado. Quitó la máscara de SpiderMan, revelando unos rizos rojizos y ojos vidriosos.

Revelando el rostro de la persona que había amado durante toda su vida.

—No, no, no —rogó intentando sostener entre sus brazos a Baekhyun.

—Chan... —Baekhyun tosió sangre.

—No, mi amor —sorbió—. No hables, voy a cuidar de ti, todo estará bien.

—Du-uele.

—Perdóname —Chanyeol sacó con cuidado el cuchillo, viendo como la intensidad de la sangre aumentaba y se derramaba—. Lo siento, eres el amor de mi vida, no quise lastimarte.

El gorjeo de sangre en un intento de hablar de Baekhyun punzó el corazón de Chanyeol, quién no hacía más que susurrar disculpas con el rostro enterrado en el pecho de Baekhyun, sintiendo el lento latir de su corazón próximo a dejar de funcionar.

Entonces lo sintió, sintió ese ardor cruzar su cuerpo, consumir toda su alma y mente.

Llévalo a la casa.

—♡—

—¿Está aquí?

—Sí.

—¿Cómo puedo confiar en ti?

—¿Te parece que estás en condiciones de desconfiar?

Yunho tragó saliva y miró a Wooyoung quién fruncía el ceño y sostenía fuertemente la mano de San entre sus manos. La entrada de la pequeña casa oculta entre los árboles estaba oxidada, musgo bordeada su alrededor y solo una luz se veía encendida dentro de la casa. Definitivamente había alguien ahí.

—Tenemos que encontrar al otro amigo de ustedes —murmuró Sehun—. Insiste en llamarlo.

Wooyoung alzó las cejas.

—Por qué es tan importante —cuestionó—. Es mejor si al menos uno de nosotros está fuera de peligro.

—¿Recuerdan el dispositivo A13 que les mencioné? —murmuró—. Hyuck lo implantó en tu amigo, y su misión está noche es matarte.

San se tensó y apretó su agarre en las manos de Wooyoung. Él solo quería bailar con su disfraz de hada del bosque.

—Eso explica su actitud hoy —masculló Yunho.

—¿Lo viste?

Yunho asintió.

—En la fiesta —murmuró—. No iba disfrazado, pero estaba muy disperso y se fue sin decir nada.

—Oh no.

—¿Buscándome?

Una voz detrás de ellos les hizo girarse, Sehun sacando un arma de su bolsillo y mirando fríamente al muchacho. Era conflictivo verlo, pues sus ojos brillaban en lágrimas brillantes y expresaban tanto dolor que casi le convencía; pero él sabía que aunque estuviera sufriendo y todo fuera en contra de su voluntad, nada cambiaría los hechos que eran ordenados por la mente de Hyuck.

—Chanyeol... —susurró San, sus ojos reparando en el cuerpo que había entre sus brazos—. ¿Qué has hecho?

Intentó dar un paso, pero la mano de Wooyoung lo retuvo.

Chanyeol dejó caer el cuerpo de Baekhyun en la arena, la palidez dejando en claro que estaba sin vida y la sangre manchando todo el disfraz. San ahogó un grito y cayó de rodillas, peleando contra la fuerza de Wooyoung para arrastrarse al cuerpo de su mejor amigo. No podía dejar de temblar.

—¡Bastardo! —gritó San, olvidando que parte del plan era mantenerse en silencio—. ¿Qué le hiciste? ¡Baekhyun!

Chanyeol cerró los ojos con fuerza.

—¿Crees que no sé lo que hice, idiota? —le rugió a San—. Baekhyun es el amor de mi vida, haría lo que fuera por él —gritó con voz ronca y temblorosa—. Él es mi universo, y por culpa de todo este maldito juego lo maté.

Sehun quitó el seguro del arma.

—Y si no mato a Wooyoung no podré tener paz —rechinó los dientes—. Él me está enloqueciendo.

Yunho tembló antes de hablar.

—¿Hyuck? —preguntó con voz grave.

Pero nadie pudo responder porque el seguro de un arma siendo quitado resonó y el metal frío golpeó el cuello de Yunho. Le estaban apuntando. Mingi sonrió sintiendo el miedo de Yunho y vió a Hyuck pasearse frente a ellos, sin temor a nada porque él tenía la situación en sus manos.

—Hijo querido —la voz de Hyuk hizo que todo estuviera en silencio—. Después de largos meses por fin estamos reunidos.

—Padre —susurró Yunho, su garganta picando.

—¿Creíste que no encontraría la manera de tenerte entre mis manos?

—¿Por qué? —Yunho gritó. El dolor transparente en su voz—. ¿Por qué tienes que romper todo lo que amo?

—Ojo por ojo, hijo.

Un momento de confusión se creó cuando Chanyeol saltó con un cuchillo en mano hacía Wooyoung, el sonido de dos disparos resonó con fuerza en el lugar y el silencio de todas las cosas malas ocultas en sus corazones haciendo presencia. No existían los finales felices. 

Cosas Malas; woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora