Capítulo 15;

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Capítulo 15.


Un toque en su puerta lo hizo gruñir. No quería hablar, no quería moverse, solo quería ir y partirle la cara a Song Mingi, ese cínico y estúpido muchacho que lastimó a Jungwoo y que le envió la última carta. Aún no lo había abierto, no quería hacerlo, no solo al menos.

Dentro de tres horas sería la primera etapa de la competencia de la otra competencia de baile, se sentía una basura al haber mandado un reemplazo para su lugar. Se conocía y sabía que, si participaba, solo haría el ridículo y pondría en riesgo al equipo. Esas cartas no lo dejaban pensar.

Abrió la puerta con más fuerza de la necesaria.

Del otro lado estaba Wooyoung, tenía puesto solo el pantalón azul eléctrico de su pijama y lo miraba con una ceja enarcada.

Sin poder evitarlo, San gruñó con fastidio y se hizo a un lado, indicándole que pasara. No eran amigos, no se llevaban bien, pero tenían un propósito en común y para resolverlo tenían que actuar como personas civilizadas. Ambos tenían los nervios de punta, aunque intentaran ocultarlo a toda costa, además en esa casa solo se tenían el uno al otro para ese tema en particular.

—Baekhyun está de viaje con Chanyeol —dijo Wooyoung sentándose en el borde de la cama.

San enarcó las cejas, sorprendido por esa información.

—Yunho contactó con alguien que al parecer ha estado hablando con Hyuck muy seguido, sin embargo, no quiso ir personalmente al encuentro, él es el objetivo principal de ese loco, no sería prudente —siguió hablando, con sus ojos oscuros fijos en los movimientos del pelinegro, quien se movía de un lado a otro escuchando la información—, mañana en la mañana se verán con esa persona.

San se dejó caer al lado de Wooyoung, tumbado sobre su cama y mirando el techo mientras sus pensamientos se relacionaban con la nueva información.

—¿Qué tan seguro es para ellos estar allá?

Wooyoung lo miró de soslayo, y tontamente se dejó caer a su lado, pensando que responder a eso, ¿Seguridad?, ninguno estaba seguro en ningún lugar. Ya habían comprobado que Hyuck tenía a más de una persona trabajando para él y que su objetivo era matarlos. A todos.

—No hay seguridad. Ni aquí ni allá —respondió.

Tenía razón, San lo había pensado muchas veces, ¿Estaban seguros en algún lugar?, hace unos meses él estaba aún en su cómoda casa y enfocado solo en lo increíble que sería su último año. Ahora, solo tenía cabeza para pensar en esas cartas carmesí.

—Esto es una locura —se quejó San, cerrando los ojos e intentando calmar el pequeño nudo que estaba formándose en su garganta.

—¿Qué es la vida sin un poco de locura y acción, Sannie? —se rió Wooyoung sin humor.

—Supongo que tienes razón —ironizó el joven—, ¿Qué es la vida sin un loco poético que quiere matarte?

Ambos se miraron y no pudieron evitar dejar escapar una carcajada, tal vez se debía a lo mucho que lo necesitaban o a la necesidad de ignorar por unos segundos la realidad. Pero ahí estaban, riendo como si de dos mejores amigos se tratase y se sentía bien, el poder reír con alguien que sabía todo lo que pasaba.

—Esto es raro. Nunca pensé estar riendo en la habitación de Choi San.

San rió un poco.

—Sí, esto no estaba en mi lista de cosas por hacer.

Cosas Malas; woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora