Capítulo 25.
Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Sehun cuando sus ojos se encontraron con los fríos, burlones y casi despiadados ojos ámbar de Mingi, quien miraba cómo pequeñas lágrimas se escurrían de los ojos de Park Chanyeol, quien, si bien no estaba atado, amordazado o siendo maltratado, la sensación de intromisión en su cuerpo era suficiente para hacerlo derramar lágrimas.
Sentir la mirada burlona de Mingi en su cuerpo lo tenía estremeciéndose.
—Cuéntame, pedacito de cielo —comenzó Hyuck, quién solo había estado parado en una esquina observando al muchacho, sentía un poco de pesar. Era tan lindo ese muchachito, le recordaba su juventud. Con buen porte, elegancia y mirada encantadora—, ¿Qué están haciendo tú y tus estúpidos amigos con aires de Sherlock Holmes?
Chanyeol frunció el ceño.
—¿Qué hago aquí?
—Eso no es lo que preguntaron, muñeco —siseó Mingi acercándose a Chanyeol, olisqueando su cuello.
—Déjalo, Song —Hyuck se encogió de hombros—, es lo justo. Una respuesta por otra.
Sehun se mantenía en silencio, mirando con asco y desaprobación todo ese circo en el que él participaba siendo un simple títere barato y sin voz ni voto. Recordó que todo era para mantener con vida a su madre, solo eso. Nada más importaba, si su madre estaba bien, él podría quemar el mismísimo infierno de ser necesario.
—Responde, ¿Qué están haciendo?
—Nada que no sepas.
—Respuesta ingeniosa —Hyuck chasqueó la lengua—, me gustaría que seas específico, bonito, ¿Podrías?
—Resulta usted muy amable para ser un loco asesino.
—Podré ser asesino, pero nunca maleducado.
Chanyeol enarcó una ceja.
—Respondiendo tu pregunta, estás aquí por la sencilla razón de que quiero conocer a los chiquillos que rodean a Yunho, al fin y al cabo, son ustedes los que no quieren que yo lo mate, ¿No?
—Primero pasarás sobre nuestro cadáver antes de ponerle un dedo encima a Yunho.
—Eso no es problema —se rió—, una muerte más, una muerte menos. Hay suficientes vidas en este mundo para que unas cuantas muertes sean tomadas en cuenta.
—Que linda amistad, morir por el otro —se carcajeó Mingi.
—Bueno, basta de bromas y preguntas tontas —murmuró Hyuck—, veamos la magia del código A13. Antes de que entres en pánico, te haré una breve explicación de toda esta aventura —sonrió— ¿Crees en la fantasía, muchacho?
Chanyeol se mantuvo en silencio, mirando expectante al hombre frente a él, si bien tenía un nudo en su pecho que mandaba ondas a su cuerpo de completo pavor, una parte racional de él le decía que ellos no le harían nada, al menos no en ese momento.
Se le hacía extraño ver a Hyuck, desde que era amigo de Yunho había escuchado y respaldado a este en diferentes situaciones con el hombre frente a él. Yunho les contó la obsesión que tenía Hyuck con matarlo, tal vez no sabían el porqué, ni tenían bases para una respuesta lógica, ¿Qué muchachos de diecinueve años eran perseguidos por un hombre que les enviaba poemas retorcidos?
Era tan confuso todo.
Él sabía que había muchos cabos sueltos a su alrededor. Secretos y misterios que pedían a gritos ser revelados para así darle paso a la verdadera función de horror que estaba detrás del telón, ¿De qué lado les tocaría a ellos?, internamente rogaba que estuvieran detrás de escena y no fueran el show a exhibir.
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Cosas Malas; woosan
Fanfiction«Entre misterios y secretos, se desvelan los sueños y se despedazan las almas» Todos los derechos reservados.