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Días pasaron, Haneul seguía en el hospital, pero en unos días saldría.

—No puedo creer, casi muero por culpa de ese infeliz—Dijo Haneul, apretando sus puños.

DongEun acarició su mano, intentando calmarla.

—Gracias por estar cuidado de mi Soomin, daría mi vida en agradecimiento—Dijo Haneul, sintiendo lágrimas aparecer en sus ojos.

DongEun, sonriendo levemente.

—Tranquila, te prometo que haré justicia por ambas—Dijo DongEun.

Haneul asintió abrazandola.

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Doyeong cada día se enamoraba más de Haneul, más por todo la decepción que diariamente sentía hacia su lamentablemente esposa.

Cuando aparó el auto, vió a Yesol junto a Soomin jugando con un oso de peluche.

—Yo peinaré su pelaje—Decía Soomin, acariciando con delicadeza el peluche.

Yesol le ponía decoraciones en las orejas del peluche.

—Hay que ponerle más brillo—Decía Soomin, sacando brillo de su mochila.

Le lanzó brillo al peluche, haciendo que Yesol soltara risillas.

Doyeong salió del auto, viendo a su hija junto a Soomin.

—¡Papá!—Gritó con felicidad la menor, corriendo a abrazarlo.

Soomin se levantó, viendo con melancolía la escena. Nunca su padre le había dado un abrazo, ni siquiera contaban chistes.

Se separó levemente de su hija, aún manteniendo una pequeña sonrisa.

—Hola Soomin, ¿les fue bien en sus estudios?—Dijo el, ambas sintieron.

Doyeong al ver a Soomin cabizbaja, fue a abrazarla.

—Es un gusto verte Soomin, procura no estar sola fuera, no quiero que te suceda algo malo—Dijo Doyeong, haciendo que la menor asintiera.

Doyeong acarició los cabellos de la menor, despidiéndose.

Fue hacia su auto, abrochandole el cinturón de seguridad a su hija.

Vio como esta saludaba a alguien, el volteó borrando su sonrisa.

—No voltees, Yesol—Dijo el cerrando la puerta del auto.

Segundos después puso música, así para que no escuchara algo.

—¿Que es lo que quieres aquí?—Dijo Doyeong con brusquedad.

—¿Que ahora eres padre de dos? No creía que Haneul fuera tan perra—Dijo JaeJoon con fulmino.

Doyeong al escuchar como llamó a la mujer, frunció el ceño, acercándose así intimidado a JaeJoon.

—Hay niños, no digas cosas que no son—Dijo el conteniendose.

—Si, veo que los hay; que buen padre eres, en fin. Solo vengo a decirte, no te acerques a mi hija.. Tu no quieres que me acerque a la tuya, tu no te acerques a la mía—Dijo el.

Doyeong apretó los puños.

—¿Crees que no se que la maestra Moon la esta cuidando? Eres un mal padre, ni siquiera te deberías de llamar padre—Dijo el con seriedad.

JaeJoon soltó un suspiro.

—No me vengas con educación, señor. Quizá no esté cuidándola, pero creeme, pronto seré un buen padre..
Seré un gran padre cuando tenga a mi Yesol—Dijo el, lo último en un susurro audible.

Doyeong frunció el ceño acercándose a él.

—No me intimida, Doyeong. Incluso podría quedarme con tu esposa y Yesol, hasta incluso con Haneul—Dijo el con burla.

—No te metas con mi hija ni con Haneul, no podría romperte la cara porque está mi hija aquí—Dijo el con rudeza.

JaeJoon soltó una sonrisa de burla.

—No me podrás hacer nada, podría llevarte al hospital así como lo hice con Haneul—Dijo.

Doyeong frunció el ceño, ¿acaso ese infeliz la había golpeado hasta dejarla inconsciente?

—Cuidate, no vayas a ir al mismo hospital—Dijo JaeJoon, apartándose de Doyeong.

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Soomin caminaba por los pasillos, yendo hacia el salón de clases.
Allí solo vio al maestro Chu.

—Buenas tardes, maestro Chu. ¿Usted vio a la maestra Moon?—Dijo la menor.

El negó soltando una sonrisa morbosa.

—No, pero puedo hacerte compañía.. A la maestra Moon no le gustaría que estés caminando por los pasillos—Dijo el.

La menor retrocedió negando levemente.

—Podría ir a jugar, la maestra Moon siempre me permite jugar—Dijo la menor.

El maestro Chu maldició a sus adentros.

—¿Quieres que te acompañe? Vi como juegas, pude ver que le mostraste esos trucos a tu amiguita—Dijo el sonriendo.

La menor asintió levemente.

—Podrías mostrarme—Dijo el.

DongEun entró al salón, viendo como el maestro miraba de forma morbosa a Soomin.

Esta puso las manos en los hombros a la menor.

—Tenemos que irnos, tenga un buen día—Dijo ella.

Ese maestro sería un verdadero problema.

The glory Donde viven las historias. Descúbrelo ahora