CAPÍTULO 22

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                               🌸

En la mañana del domingo fuí nuevamente al apartamento de mis padres para seguir revisando las pertenencias de la tatarabuela Saori.

Pasé todo el mediodía y parte de la tarde leyendo cada pergamino que encontraba dentro del segundo baúl.
Algunos eran más fórmulas secretas para preparar diversos tipos de medicinas, artículos de belleza y hasta para eliminar algunos tipos de bacterias en el organismo.

Uno de ellos le presté más atención en ese momento y lo empecé a leer

Este es... ¿la fórmula original del ungüento medicinal que yo hago...?

Aún faltaban ingredientes, y no uno; sino dos...
Hierba reina de los prados y aceite de eucalipto...
Claro, Madara tenía razón...!
Pero... Si se supone que es una fórmula secreta, ¿por qué él sabe que faltaba algún ingrediente...? —pensé.

Cada pergamino que iba viendo trataba de memorizarlo, ya que eran fórmulas que podían valer una fortuna en la actualidad y no sería conveniente que quedaran por allí en manos indebidas.

Luego empecé a ver algunas fotos antiguas y grabados que podían tener más de cien años, hasta que vi una imagen de ella; de la tatarabuela Saori.

Realmente estaba impresionada

Realmente estaba impresionada

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—Cielos...!!  Era tan hermosa...!
—pensé.

En aquella foto, la tatarabuela Saori podría tener aproximadamente algunos veinte años y pude notar que tenía un gran parecido a mí hoy en día, a excepción del cabello que el de ella sobrepasaba sus caderas.

Se veía vestida de forma muy elegante para la época y en efecto, también poseía el Byakugō en su frente

En otras fotos la vi junto la esposa del Primer Hokage, habían otras donde estaba junto a los hijos de este y otras donde aparecía junto a Tobirama Senju.

También la vi en otras fotos junto con sus padres, hermanos y algunos otros miembros más del Clan Haruno en esa época.

Entre tantas fotografías había una serie de documentos, entre ellos su certificado de matrimonio

—Entonces, un día antes de esta fecha que aparece aquí, ¿ella vió morir al amor de su vida...?
Qué tristeza...! —murmuré.

Detrás de aquel certificado de matrimonio había otro documento firmado con dos sellos de sangre

—Estas eran las condiciones que ella le puso a su esposo para aceptarlo en matrimonio...

Dormir en camas separadas siempre, ella nunca visitaría su habitación... El iría hasta la suya para cumplir su deber de esposa y después de consumado el acto, debería retirarse inmediatamente de su recámara...

MI EXTRAÑO VECINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora