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Luego de tantos intentos, dejé mi teléfono a un lado de la cama mientras que terminaba de peinarme el cabello. Justo en ese instante Madara entró a la habitación dejando su laptop cerrada dentro una gaveta.
—¿Pudiste hablar con tus padres...? —me preguntó.
—No, aún no he podido comunicarme con ellos y me da un poco de vergüenza llegar así sin anunciarme. —dije.
—Si, es de mala educación no anunciar una visita, pero también deben entender que llevas días intentando comunicarte con ellos y no has podido; así que iremos hasta allá entonces. —dijo él.
Lo miré y le sonreí dejando mi peine a un lado de la cama.
—Si, iremos ahora hasta su casa... Después de todo, son mis padres y deben entender que tampoco estaremos por mucho tiempo en la aldea... ¿cierto?—dije.
Salimos juntos del complejo residencial y caminamos hasta llegar a la zona centro de la aldea.
Me pude dar cuenta de que Madara se sentía un poco incómodo porque desde que se supo la verdad sobre su condición de inmortalidad, nadie más en Konoha lo había vuelto a ver hasta ese momento; bueno, sin contar con aquellas personas que lo vieron en el cementerio el dia anterior. La gente por la calle seguía saludándolo y tratándolo como siempre y eso me tranquilizó mucho la verdad.—¿Ya ves que todo volvió a la normalidad...? Había que esperar a que las personas que no sabían la verdad se acostumbraran. —le dije.
—El asunto de mi inmortalidad ha quedado en el olvido al parecer, lo que ahora es motivo de murmuraciones es que nos ven juntos la mayor parte del tiempo. Definitivamente, la gente no deja de meterse en asuntos que no le interesan. ¿Ya ves por qué prefiero vivir alejado de la vista de toda la aldea? —me dijo.
—Jajajaja! La gente siempre será entrometida a donde quiera que estemos, lo mejor que podemos hacer es ignorarlos... —dije.
—Mi compromiso es cuidar de esta aldea y de manera sincera si me importa el bienestar de sus habitantes, pero detesto que hablen a mis espaldas creando rumores y haciendo suposiciones que no vienen ni al caso...
—Jajajaja...! —lo miré de reojo y se veía tan molesto. —¿Te importa el qué dirán? —le pregunté.
—La mayoría de veces, no... Que hablen de mí me tiene sin cuidado, pero no me gusta que digan cosas de ti... —me dijo.
—Hum... —¿Y dicen cosas desagradables...? —le pregunté.
—A veces...! Me gustaría tanto hacerme visible ante ellos y que se atrevan a decirlas en mi propia cara.
—Pues a mi me gustaría conocer al valiente... ¿Quién en el mundo tendría los suficientes cojones para decirte algo así en tu cara, ah? —le pregunté.
—También me gustaría conocerlo... —dijo.
Ambos nos miramos de reojo y empezamos a reírnos.
—A mi no me importa lo que una partida de viejos desocupados digan de mi, entonces ¿por qué debe afectarte eso a ti? —le dije.
Madara continuó caminando a mi lado sin responderme.
—¿Quieres que les demos mas de qué hablar...? —le pregunté.
Madara esbozó una sonrisa sin mírame.
—¿Y cómo lo harás...? —preguntó.
—Pues... —en ese instante le agarré la mano y enlacé mis dedos con los suyos. ¿Así...? —le pregunté.
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MI EXTRAÑO VECINO
FanfictionSoy Sakura Haruno, una Ninja Médico Profesional graduada de la Escuela de Medicina medicina en la Universidad de Konohagakure. En mis ratos libres disfruto bailar en mi habitación para relajarme y de paso, relajar las tensiones y deleitar los poder...