CAPÍTULO 49

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Era ya de madrugada y Sakura junto a Naruto seguían escuchando la historia del Uchiha sobre aquel ataque de hace doce años atrás.

(Flashback)

Abrí mis ojos una vez mientras miraba todo a mi alrededor.
En esta ocasión, a parte de aquel jovencito que había traído mi alma de regreso; también se encontraban Hashirama y Tobirama observándome.

Me levanté de una mesa metálica y vi nos encontrábamos en otro laboratorio pero ahora dentro de alguna cueva subterránea o algo parecido.

—¿Cómo se siente con sus nuevos ojos, Madara sama...?

—Duelen... —dije mientras apartaba la vista de la fuerte luz que me iluminaba la cara.

—Es debido al procedimiento que acabo de hacerle... Le he implantado los ojos de un Ninja del Clan Uchiha que murió hace poco en combate... —respondió el jovencito aquel.

—Obviamente, pedimos autorización del Líder actual del Clan Uchiha para que los Sharingan del Ninja fallecido fueran implantados en ti... —dijo Hashirama.

Espabilé varias veces y activé el Sharingan, pero mis nuevos ojos empezaron a sangrar y a doler terriblemente.

Son... Son demasiado débiles para mi poder. Solo poseen un simple Sharingan de tres tomoes... Arrgh...! —gruñí de dolor mientras cubría mi rostro.

—Madara...! Deja que cicatricen por completo o dañarás los nervios ópticos y quedarán inservibles... —dijo Hashirama.

—Es lo mejor que pudimos encontrar por el momento, no seas mal agradecido, Uchiha...! —dijo Tobirama.

—Así no podré enfrentarme a esos desgraciados, si invoco mi Susanoo con esas porquerías de ojos tan débiles; quedaré ciego en menos de media hora. ¿De verdad no hay dentro de los Uchiha unos Sharingan mas poderosos que estos? —les dije.

—De usuarios fallecidos, no...!
Están los de Fugaku Uchiha, los de su hijo Itachi, los de Obito y Kakashi que comparten su poder y trabajan en equipo y los de un joven llamado Shisui; son actualmente los Sharingan más poderosos que tiene el Clan Uchiha, pero todos ellos están vivos y nadie te va a donar sus ojos a ti...
No pensarías que se los ibamos a robar ¿o si? —preguntó Hashirama.

—Seguro que sí lo pensó. Madara jamás dejará de ser la plaga que siempre ha sido...

—¿Por qué mejor no cierras la boca, Tobirama...?

—¿Acaso no lo pensaste...?

—Tengo un propósito de cambiar, no puedo hacerlo de la noche a la mañana...

—¿Ya ves?  Si lo pensaste...!

—Estos ojos que me trajeron son desechables, Tobirama...!
No van a resistir mi poder y pronto quedaré ciego nuevamente...!

—Pues, confórmate con lo que hay hasta que consigas tus Rinnegan del demonio...!

—Bah...! ¿Será que ya pueden dejar de discutir ustedes dos...?
Madara, este jovencito tiene algo que decirte... Escúchalo, más bien... —dijo Hashirama.

 —dijo Hashirama

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