CAPÍTULO 21

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—Sakura

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—Sakura...!!!
Por favor ayúdame con estas últimas cajas y las llevas a la cocina...!!! —me decía mamá .

—Vale...! —respondí.

En horas de la noche del sábado, mis papás se mudaron a un pequeño apartamento de dos habitaciones en el
centro de Konoha y yo les ayudé con su trasteo.

Después de llevar cuatro pesadas cajas a hasta la cocina, era mi padre quien me llamaba después:

—Sakura, hija...!!
¿Puedes llevar estas cajas a la segunda habitación?
Ah, y aquellos dos baúles tambien aprovechando que eres la fortachona de la casa...! Jajajaja!

Mamá frunció su ceño

—Pero Kizashi...!
¿No te dije que ya te deshicieras de esas dos viejas reliquias que sólo nos hacen estorbo? —dijo.

—Mebuki, estás loca si crees que voy a desechar los recuerdos de mi bisabuela...!
Yo nunca te he pedido que te deshagas de tus cosas viejas, ¿o si? —increpó papá.

—Yo nunca había visto esos baúles,  ¿donde los tenían guardados? —les pregunté

—Esa fué la 'gran' herencia que le dejó la bisabuela después de morir...!

Dijo que le había dejado un gran tesoro y cuando fué a ver, solamente eran puros cachivaches!!  No había nada de valor allí...!

Lo único bonito que allí hay son unas yukatas y unos kimonos muy antiguos que aún se conservan en perfecto estado, pero lastimosamente ninguno es de mi talla. —dijo mamá.

—Tengo entendido que la tatarabuela murió cuando yo aún no había nacido, ¿dónde guardaron esos baúles todo este tiempo? —pregunté

—Bueno, cuando me casé con tu madre, los dejé en mi habitación de soltero en casa de mis padres; pero cuando ellos fallecieron, mis hermanos y yo tomamos todo aquello que nos interesara y vendimos la propiedad con el resto de cosas...

Los llevé a nuestra anterior casa cuando empezaste tu entrenamiento con la Quinta Hokage y los guardé en el ático, por eso nunca los viste.
—explicó papá

—Bah...! Mejor me iré a ordenar la cocina para ver qué comemos...!! —dijo mamá.

—Tranquila, mamá!
Todos estamos cansados, así que pediré comida a domicilio mejor. ¿Te parece? —le pregunté.

Mamá sonrió

—Genial, hija!
Iré a ordenar la cocina de todos modos, tu padre me hace perder mucho tiempo... —dijo.

Mamá se fué de inmediato, papá llevaba unas cajas mas pequeñas y yo cargué ambos baúles sobre mis hombros

—Vamos, pero qué fuerte te volviste, hija...!!
Presiento que nunca te irás a casar porque con esa fuerza de hombre que tienes y el mal carácter de tu madre, ahuyentarás a todos los chicos que se te acerquen. Jajajajaja! —dijo.

MI EXTRAÑO VECINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora