Soy Sakura Haruno, una Ninja Médico Profesional graduada de la Escuela de Medicina medicina en la Universidad de Konohagakure.
En mis ratos libres disfruto bailar en mi habitación para relajarme y de paso, relajar las tensiones y deleitar los poder...
Luego de narrarle a Sakura y a Naruto la verdadera historia de Konohagakure y de su vida pasada, el Uchiha empezaría a recordar nuevamente antes de contarles lo ocurrido una vez fué de que fué revivido.
(Flashback)
—Abrí nuevamente los ojos y ya no me encontraba en aquel laboratorio sino a campo abierto, en medio de una gran nube de polvo con fragmentos de madera y piedras que volaban por los aires. Delante de mi, habían miles de Ninjas que claramente se notaban muy cansados; pero sobre todo, sus miradas hacía mi eran de terror.
Mi presencia en aquel lugar hizo perder la estabilidad emocional de muchos shinobis,cuyos rostros sólo mostraban aquella desesperanza que muestra el enemigo cuando está a punto de rendirse.
Volví a sentir el chakra de Hashirama, así que giré mi rostro al lugar donde se encontraba y su cuerpo estaba totalmente destruido; pero lo que más me sorprendió fué ver como poco a poco empezaba a regenerarse hasta el punto de volver a su estado natural sin importar todos los ataques que estaba recibiendo.
Escuché otra voz conocida para mi que dijo:
—Estos malditos criminales no tienen ningún tipo de escrúpulos...! No solo nos trajeron a nosotros, ahora también invocaron el alma de Madara. Son unos malditos miserables...!
—Tobirama...! —murmuré mientras veía sus brazos regenerarse también.
Miré nuevamente a Hashirama y pude sentir la profunda tristeza de sus palabras
—Es el fin, Tobirama... Con Madara aqui ahora si, este es el fin para nuestra amada aldea... —dijo.
—Hashirama...! Tobirama...! Díganme ¿Cuál es la situación actual? —les pregunté.
—Alguien empleó uno de mis Jutsus prohibidos y nos trajo a la vida para atacar a la aldea... Desde ayer a la media noche, Hashirama y yo estamos combatiendo contra miles de Ninjas de Konoha y algunas otras aldeas del País del Fuego; todo en contra de nuestra voluntad...! —me explicó Tobirama.
—Entonces...Debemos detenerlos...! —dije.
Hashirama me miró con asombro, en cambio Tobirama esbozó una sonrisa.
—Entonces ¿No vienes a apoyar a los enemigos para destruir a Konohagakure? —me preguntó Hashirama.
—Por supuesto que no, pedazo de idiota...! —le dije.
Hashirama sonrió ante mi respuesta, Miré a Tobirama en ese momento.
—Tobirama, recibí tu mensaje... Aunque lo recibí faltando poco para morirme, pude darme cuenta de mis errores y... —también sonreí. —fué justo a tiempo... —le dije sin agregar nada más.
—Un momento... ¿Cuál mensaje? —preguntaba Hashirama, pero ninguno de los dos respondió.
Miramos hacia la multitud y allí también se encontraba en posición de defensa Hiruzen Sarutobi, con una sonrisa en su envejecido rostro.
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