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Una risa corta abandonó la garganta del más alto, quien negó repetidas veces y ella lo miró con una sonrisa ladeada, mordiéndose su labio inferior repentinamente al quedarse analizando el rostro contrario, recordando el tiempo en que sintió cierta atracción por el chico y por eso lo quiso invitar a salir antes de ser novia de Heeseung pero hubieron veces en las que se sintió fatal porque llegó a querer desear más que solo ver al novio de su hermano desde aquella vez en la que se besaron por culpa de sus impulsos.

Decidió dejar sus pensamientos de lado para ayudarlo a ir a la habitación de su gemelo antes de que éste llegará y Ni-ki se terminara durmiendo, fue un poco complicado debido a que casi se caen por las escaleras y el chico decía que se iba a morir por el dolor de cabeza. Lo dejó caer en la cama de Sunoo una vez logró abrir la puerta pero al parecer el menor no se quería quedar solo porque tomó su muñeca.

— Nini, voy a traerte un vaso con agua.— susurró en tono suave— Ya vuelvo.

Pareció creerle porque fue soltando de a poco su muñeca, acurrucando su rostro en la almohada con olor a frambuesas frescas de Sunoo.

Sunhee se quedó mirando su expresión relajada, sus labios gruesos y levemente brillosos, sus ojos cerrados los cuales eran adornados por unas ojeras, su cabello desordenado y ese lunar que reposaba cerca de su labio. Se inclinó para tocarlo apenas, sacándole una sonrisa inconsciente al rubio y se fue acercando a sus belfos porque se veían tentativos pero se arrepintió al estar a milímetros, prácticamente rozando sus labios con los suyos porque no estaba bien hacer esto.

Pero Sunoo no estaba y Ni-ki se había dormido... ¿No?

Solo quería deshacerse de esa curiosidad que comenzaba a golpear su cabeza.

Dejó un casto y pequeño beso en sus labios y no sabe si fue debido al alcohol que había tomado anteriormente lo que le dió el impulso de hacer algo tan inapropiado pero le gustó cómo se sintió.

Saboreó momentáneamente el sabor del alcohol en los labios contrarios, sin percatarse de que había repetido la acción de nuevo. Entonces Ni-ki se fue despertando y aún con sus ojos cerrados, correspondió su beso lento el cual al principio no planeaba durar demasiado pero cuando cayó en cuenta de lo que estaba haciendo, ya estaba sobre el regazo del chico con sus piernas a cada lado de su cadera, saboreando a gusto el sabor adictivo de su boca. Soltó un gemido ahogado al separarse a duras penas porque fue el chico quien rompió repentinamente el contacto húmedo entre sus labios, ese que la dejaba completamente drogada y deseando más, así que en parte agradeció que lo hiciera.

— Mmm... Sunoo, te noto un poco raro.— murmuró con voz ronca, luego su parte racional le dió una tremenda cachetada porque no percibió el aroma a frambuesas frescas de Sunoo en ninguna parte, sino uno a fresas frescas y logró divisar un par de ¿Pechos?— M-mierda..— se reincorporó apenas— Q-qué cambio tan radical.— sonrió todavía borracho, rascando su nuca.

La chica se relamió sus labios de un momento a otro para atraer su rostro y dejar un beso el cual comenzó a ser acalorado desde un principio, luego se podía arrepentir pero quería un poco más... Si eso no iba a volver a pasar.

Ni-ki era guapo, eso siempre lo supo. Tenía buen porte, era lindo, también tenía sentimientos honestos y era el novio de su gemelo y lo que estaba haciendo, era sobrepasar las reglas de lo normal porque ella también tenía novio.

Comenzó a menear su cadera encima suyo y gimió por lo bajo en cuanto sintió el miembro del chico rozar contra su trasero, así que decidió que ya había ido demasiado lejos al notar lo mareado y confuso que lucía el rubio.

— Lo siento, lo siento.— se separó abruptamente, generando un sonoro chasquido por haberse apartado de la nada.

Se sintió una completa mierda por obvios motivos, alzó su rostro para encontrarse con el ebrio chico que se encontraba con la respiración jadeante y sudando frío, removiendo su cuerpo con algo de incomodidad.

𝐇𝐞 『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora