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— ¡Ni-ki! No me lo vas a creer maldito renacuajo pulgoso.— esbozó un contento Jungwon, lanzándose sobre su regazo hasta sacarle un grito de dolor— Jay hyung y yo follamos por casi..— comenzó a contar con sus dedos— ¡Nueve horas! No seguidas pero cuentan en sí.

— Joder, ¿Nueve? Llegaste aquí a hace una hora.— bufó.

Jungwon soltó un grito de fangirl y le lanzó fuertes golpes en su pecho mientras reía divertido, a lo que Ni-ki casi lloraba de dolor y solo lo empujó, para protegerse de sus piquiñas de culo con una almohada.

— Wonnie, ya.— soltó con un puchero, como cuando eran pequeños y el chico le enseñaba todo lo que aprendía en sus clases de taekwondo.

— Okey, me calmo.— rodó los ojos divertido— ¿Y qué hay de tí? Te vi con Sunhee pero cuando volví abajo ya no estaban.— añade, poniendo sus dedos en su barbilla pensativo.

— Se fue con Heeseung hyung.

La expresión del azabache decayó por completo a una un poco enojada pero a la vez apenada, observando con tristeza el como su amigo se veía un poco decaído pero solo sonrió con amargura.

— Oh, Ni-ki..

— N-no importa. Sunoo me había dicho que le gustaba alguien más pero-... Perdí mi oportunidad.— chasqueó su lengua, rascando su nuca con una sonrisa falsa.

El más bajo negó, cerró la puerta de su habitación después de regresar de la cocina con diversos bocadillos, le prestó una manta acolchada de Cars que Ni-ki amaba desde pequeño –aunque ahora no lo decía por ser un adulto entre comillas pero él conocía a su baboso amigo– y él se cubrió con una de Peter Pan, brindaron con unas cajitas de jugo de manzana para comenzar a ver una maratón de películas que veían cuando querían llorar, reír o ilusionarse con que en toda historia hay un bonito final feliz.

Eso es lo que quiso hacer Jungwon porque sabía que era lo que el muy tonto pero triste Ni-ki quería y como un buen amigo, estaría para él en las buenas y también para ayudarlo en las malas.

[✒️]

Cena familiar y más incómodo imposible, sus padres conversaban amenos con la familia Choi, los vecinos y podía decir que el ver cómo su hijo se veía tan condenadamente feliz y meloso con su novio, le generaba envidia.

Beomgyu era novio de Taehyun desde hace tiempo, la relación fue de lo más graciosa desde el momento en que se conocieron pero allí estaban ahora: dándose la comida en la boca mientras los adultos y Sunhee conversaban.

Obviamente a sus padres la relación de los dos les parecía tierna porque los chicos se querían y no eran como él. Qué solo estaban por satisfacción propia.

Miró el grasoso pedazo de lasaña que se había servido en su plato por tercera vez cuando la familia se fue, Sunhee estaba en su habitación seguramente hablando con sus amigas o Heeseung y él miraba la TV con su padre en la sala.

En un rato llegarían sus tíos los "perfectos" a criticarlo como siempre lo hacían pero poco le importaba justo ahora, por eso estaba comiendo más de lo que normalmente comía.

— Oye, come más despacio, Sunoo.— le dijo su padre, notando como casi se atragantaba con los groseros bocados que se llevaba a la boca.

En eso llegó su madre algo preocupada y le dijo lo mismo, entonces tosió porque no media sus acciones.

— Sunoo..— la mayor le quitó el plato ya vacío y su papá le dio un vaso de jugo para que su tos se calmara.

𝐇𝐞 『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora