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Cuando llegó la hora de la próxima clase, le pidió al azabache que le pasará los apuntes luego porque Sunoo le había pedido que lo buscará en uno de los cubículos del baño. Se negó solo un poquito al principio pero estaba sumamente estresado y molesto consigo mismo por algo que pasó pero poco le importaba en ese momento.

Así que quizás se olvidará de sus problemas por un rato después de hablar con él.

— Finalmente llegas.— fue lo primero que dijo, observándolo desde el reflejo del espejo.

— ¿Te hice esperar?— susurró con una sonrisa divertida.

— No del todo pero si lo suficientemente como para que me comience a estresar.

— No me hables del estrés entonces.— alzó ambas cejas, apoyando su espalda a la pared a un lado del chico.

El pelirosa dejo de retocar su rostro para verlo con una ceja alzada, a modo de pregunta.

— ¿Y eso?

— Exámenes.

— Oh..— se apartó del espejo para cerrar la puerta del baño con seguro, se acercó hasta él y puso sus brazos por encima de su cuello, inclinando su rostro con lentitud para dejar un tierno pico en sus labios, seguido de otros más— Concentrate, sabes muy bien lo inteligente que eres.— dejó un beso en la curvatura de su cuello para acercarse a su oído y decirle con un tono seductor— Más tarde te lo puedo recompensar.— dejando un ligero apretón en su entrepierna, sacándole un jadeo bajo al rubio que se puso tenso de inmediato.

— ¿Me estás ayudando o provocando? ¿Como me voy a concentrar si tengo una puta erección por tu culpa?— gruñó, apretando por sorpresa las nalgas abultadas del más bajo— En lo único que voy a pensar es en joderte de todas las jodidas formas que se me vengan a la mente.

— Yo también quiero.. Pero que sea en otro lugar.— dejó una larga lamida por su cuello— Porque quiero que te corras dentro de mi todas las putas veces que quieras, Ni-ki..— sonrió ladino al recibir otro beso— Quiero saltar encima de tu pene, quiero moverme como tú quieras, quiero gemir tu nombre mientras me jodes hasta hacerme llorar, quiero que me beses mientras lo hacemos y que no esperes a que yo esté bien. Solo deseo que me lo hagas hasta que quedes satisfecho.— ronroneó, causando que la tensión en los pantalones del chico aumentara al igual que la suya— M-mejor lo dejamos para después, ¿Te parece?— sugiere, intentando calmar sus sentidos.

Ni-ki alzó su barbilla para dejar un casto beso en sus labios, suave pero profundo. Apretó sus puños en la tela de su abrigo a la par que las manos ajenas se encaminaron hasta su cintura, tanteando encima de su camiseta para luego poder separarse a duras penas con la respiración agitada.

Sabían que si seguían así, iban a terminar follando en el jodido baño y no era mala idea pero tenían cosas que hacer.

— Ve a mi casa después de clases.— lo miró con una ceja alzada, por lo que soltó un bufido— Voy a estar solo.— murmuró entre dientes, cruzándose de brazos.

— Magnifique.— besó su frente para sonreír apenas, dirigiéndose a la salida junto a él.

Se seguía preguntando si algo de todo esto tenía sentido para el chico pelirosa. Es decir, ¿Siempre le pedía a Jay que fuera a su casa? Era incómodo siquiera imaginar verlo con alguien más y no sabía porque. Será que si le pedía que no estuviera con nadie más ¿Él iba a aceptar? A lo mejor no. Por él, no. Pero no quería que estuviera con alguien más. Aunque solo eran... ¿Qué eran exactamente? ¿Porque se puso tan serio con solo pensar en ese chico con alguien más?

Lo único que sabe es que se sintió profundamente aliviado en cuanto se terminaron las clases, decidió tomar nota de los apuntes de la clase que se saltó para no tener que preocuparse mucho por responsabilidades. Las notas del examen de ese día las iban a entregar la próxima semana. Después se podía preocupar por eso.

𝐇𝐞 『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora