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39. CORA

Dejando salir un profundo suspiró, apreté los párpados con cansancio. Sintiendo todo el estrés recorrer cada parte de mi cuerpo, mientras mis ojos ardían demasiado por el esfuerzo.

— Tranquila — dijo la voz masculina junto a mí. Haciéndome abrir los ojos nuevamente para poder mirarlo.

— Necesito que todo sea perfecto — solté, sobandome las sienes.

— Y lo será, pero de nada sirve exigirte de más — me riño.

Miré atentamente a Jackson, teniendo muy presente que él tenía la razón.

— Lo lamento... solo me he preocupado porqué el evento resulte lo mejor posible, sin detenerme a pensar en que debes estar igual o más estresado que yo.

De inmediato, negó.

— No te preocupes por mí — aseguró, acercando su mano a la mía. — Mi padre y yo, apreciabamos demasiado a tu madre y apoyarte con la organización del evento es solo una pequeña muestra de ello.

Sonreí a medias por sus palabras.

Darme cuenta de que mi mamá continuaba siendo una persona muy querida por los demás. A pesar de ya no estar con nosotros, me conmovía demasiado.

Era como sí, todo el mundo la extrañará tanto como yo. Y eso, era más que doloroso para mí.

— Gracias... — musite, dándole un pequeño apretón. — La donación de tú padre y tú ayuda con la organización, significan demasiado para mí.

— Lo hacemos de corazón, porqué te queremos a ti y a SeokJin — sus palabras, no eran secreto. Nuestras familias siempre habían sido muy unidas desde muchos años atrás, lo que había creado un gran vínculo entre nosotros.

Jackson, había sido prácticamente mi amigo de toda la vida. Él, siempre había estado para mí desde que éramos niños. Y yo no podía estar más que agradecida por tenerlo a mi lado. Sin importar lo sucedido entre nosotros cuando éramos más jóvenes.

Afectada por toda la situación, no dude en abrazarlo con fuerza. Dejando que su aura protectora me envolviera por completo, haciéndome sentir en paz.

Creo qué, él era el único que me conocía realmente. Que sabía lo sensible que podía llegar a ser, bajó mi fachada de seguridad.

No por nada, le había entregado lo más sagrado de mí. Porqué, sabía que no existía otra persona en la que pudiera confiar tanto.

Y el simple hecho, de poder contar con su amistad, era algo que me hacia sentir muy feliz.

Cuando por fin decidí separarme de él, para continuar con lo que estábamos haciendo. Una de las empleadas llamó mi atención, avisando la llegada de mi mejor amiga.

— Creí que no llegarías nunca — mencioné, levantándome de mi lugar para recibirla.

— Lo siento... se me hizo un poco tarde — respondió con la misma timidez de siempre, agachando la mirada.

— Está bien, ahora que estas aquí podremos avanzar más rápido — tire de ella para llevarla hasta la mesa en donde Jackson y yo, habíamos estado trabajando durante gran parte de la mañana.

— Hola Nika — la saludo él masculino, en el momento que tomamos asiento junto a él.

— Hola... — correspondió el saludo la antes mencionada. Comportandose más cohibida de lo normal. Algo que ya había notado en ella desde hace semanas.

Apreté los labios preocupada por la actitud de mi mejor amiga. Ya qué, últimamente la sentía muy distante y verla actuar tan extraño me hacía pensar en que tal vez algo grave estaba pasandole y yo, no me había tomado el tiempo de escucharla.