2 || Inseguridades

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Después de un primer día agitado para ambas, las dos pasaron el resto del día en su cuarto, pero haciendo diferentes actividades.

Wednesday comenzó a escribir su novela en cuanto se alejó de su roomie, a pesar de ser un momento muy agradable, tampoco podía estar más tiempo junto a ella sin que se hartara, o eso es lo que quería hacer creer.

Por parte de Enid, estaba exhausta, después de terminar de ver los horarios, fue directamente a su lado del cuarto, específicamente a su cama, donde se recostó e inmediatamente cayó profundamente dormida.

Las horas pasaron, era más de medianoche, algo de silencio se hacía presente en la habitación de las chicas, la pelinegra no se percató del tiempo que había pasado y las horas que habían transcurrido, por alguna razón, ella siguió y siguió escribiendo su novela sin importarle su entorno.
Se dio cuenta, hasta que los ruidosos golpes que daba a su máquina de escribir, pararon. 

-       Soy una estúpida, ¿Cuánto tiempo pasó?

-       [Horas]

-       Deberías de dormir un poco Enid – dijo al aire la morena en dirección a la otra mitad del cuarto, con lo que ella no contaba, es que su compañera de cuarto llevaba dormida las mismas horas que ella llevaba escribiendo.

-       ¿Enid...? – no se había percatado que estaba dormida, esto cambió hasta que escuchó unos pequeños ronquidos.

-       ¿Por qué no me dijiste que ya estaba dormida? – preguntaba algo enojada a su fiel amigo.

-       [No lo sabía, con tanto ruido que haces escribiendo por tantas horas, es difícil notarlo] – la mano sí sabía, pero quería que su amiga hiciera algo.

-       No me percaté del tiempo. ¿Por qué no me avisaste?

-       [Te veías muy inspirada, ¿Sobre qué escribías?]

Tras unos segundos de silencio en donde la morena se detuvo a releer lo escrito, y que, para sorpresa de ella, no quedó asqueada, contestó.

-       Sobre sentir...

Después de decir eso, la chica se levantó encaminada al baño para asearse, no sin antes, replantearse la idea del porqué lo escribió y todo lo que escribió, quedó algo sorprendida por lo detallado que estaba todo, lo bien que explicaba todo, las metáforas que se sentían tan vivas y tan fáciles de entender para alguien que sintiera lo mismo.

"Espero sea eterno, espero que sea efímero. Espero me ames como yo lo hago, hasta el fin de los tiempos. Espero me mates como espero, antes de que lo haga yo primero".

Tras asearse y ponerse ropa para dormir, la morena se estaba preparando para por fin meterse entre las sábanas, pero antes, algo llamó su atención. Enid.

La chica arcoíris estaba totalmente descubierta, sin ningún tipo de sábana que la cubriera de la fría noche, mal acomodada y con el uniforme puesto. Esta imagen le causó cierta ternura a la pelinegra, quien ahora se dirigió al lado colorido del cuarto.

-       Eres una bebé Enid – decía a la dormida rubia, mientras le quitaba los zapatos, para posteriormente acomodarla entre las sábanas.

-       [...]

-       Si aprecias todos tus dedos, ni una sola palabra sobre esto, así que considera todas tus opciones. - Después de ver todo y sin más que decir por parte de la nerviosa pero asombrada mano, la chica se metió entre las sábanas para por fin dormir.

Horas después por la mañana y pasadas las 9 a.m. Todos los profesores y estudiantes se encontraban en clase, todos a excepción de una, esta, se encontraba envuelta entre las sábanas mientras disfrutaba de un profundo sueño.

The Sun & The Moon • Wenclair •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora