5 ||| Luna Llena: Pt 3

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"Al final del día, fuiste tú, siempre fuiste tú. Tus gustos raros... Siempre fuiste tú... y perdón por no haber hecho algo más, perdón porque no pude salvarte..."

7 p.m.

El aroma del atardecer comenzaba a desvanecerse. El cielo dejaba de tener ese embellecedor brillo anaranjado, para que poco a poco, la oscuridad comenzara a adueñarse, y el intenso brillo de la luna, diera a conocer que la noche, había llegado.

Los profesores y encargados de seguridad comenzaban a dar indicaciones y ordenaban a los estudiantes restantes a no salir de sus cuartos; todos los licántropos ya estaban encerrados, uno por uno fueron a dar a las celdas de la academia. Todos menos uno.

En la escuela y sus alrededores, comenzaba a esparcirse el rumor de que un licántropo no estaba dentro de las celdas, cosa que "alertó" a todos.
A pesar de tener control total sobre todos y que contaban con los protocolos necesarios, aquel hombre lobo logró burlar al sistema y no estaba donde debía estar, pues no solo era el hecho de escaparse, sino también, que no sabían dónde se encontraba, y en una noche como la de hoy, lo último que quieres, es tener a un licántropo suelto.

Poco a poco, la bella presencia lunar saludaba a todos junto a su intenso brillo, con ello, los nervios comenzaban a aumentar, pues no había rastro de aquel licántropo y, aunque en un principio, no es algo de que preocuparse, desconocían el motivo de su repentina ausencia en un momento tan importante.

Todos se hacían la misma pregunta, ¿Dónde podría estar Enid Sinclair?

(...)

- ¡Wednesday! - escuchaba la mencionada a lo lejos mientras reaccionaba.

- Perdón, me distraje.

- ¿Todo bien?

- Sí.

- ¿Segura?

-    Te dije que sí.

-    ¡Bien! ¿Terminaste con eso?

-    Todavía no - respondía la gótica, quien se encargada de aplastar el medicamento y reducirlo a polvo; para eso, colocó las pastillas sobre alguno de los cuadernos que la rubia cargaba en su mochila, y con ayuda de su daga, comenzó a triturar.

Ambas estaban en sus respectivas tareas, Wednesday triturando cuidadosamente el medicamento, Enid buscando señal.
La gótica parecía algo distraída, sin prestar mucha atención a sus alrededores o a la rubia misma, algo raro en ella y eso se podía notar.

-    ¿Crees que funcione? - preguntaba la rubia, rompiendo el silencio y nerviosismo que se respiraba en el ambiente.

-    Tal vez.

-    Esa no es una respuesta que ayude mucho.

-    Es la respuesta que tengo.

-    (...) - la colorida chica no dijo nada más ante las respuestas cortantes de su roomie.

-    (...)

-    (...)

-    No sé si funcione, pero sea cual sea el resultado, deberías de estar más tranquila - le decía a la rubia mientras se ponía de pie.

-    ¿Por qué debería de estar más tranquila? - le preguntaba una más alterada rubia, que incluso dejaba de buscar señal en su celular.

-    Si funciona y te transformas, listo, te transformaste, pero sigues teniendo una condición mortal de la cual no sabes cómo salvarte. Pero si no funciona...

-    Significa que estoy sana.

-    Probablemente. Pero entonces tendrías que averiguar qué son esas pastillas y por qué te las dio tu hermano.

The Sun & The Moon • Wenclair •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora