Capítulo 4 "Guardaespaldas"

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Unos minutos más tarde, Benicio estaciona el auto frente a la casa de Emilia y mueve la cabeza para mirarla.

-Muchas gracias por traerme, Ben. -Animada. -Y muchas gracias por haber asistido.

-Fue un placer. -Sonríe. -Además la pase muy bien con vos y antes de que me olvide. -Ansioso.

Busca en el asiento de atrás el regalo que compro para la rubia y se lo entrega enseguida. Emilia lo mira con calidez y sorpresa.

-No tendrías que haberte molestado por darme un regalo.

-Pero yo quería. -Animado. -Feliz cumpleaños Emi.

Sus ojos se iluminan al ver como ella va rompiendo el papel de regalo y queda deslumbrada al ver el obsequio.

-Whitman. -Ruborizada.

-Se que es algo tonto. -Se pone nervioso al ver que la mujer emitió una sola palabra. -Estás rodeada de libros y te regalo uno.

-Porque sabes que me gusta. -Feliz. -Y porque sabes que lo amo.

Ella le regala una sonrisa despampanante, atrapando más al enamorado en silencio.

-Seguro lo debes tener. -Traga saliva.

-No con tapa dura. -Ladea la cabeza.

Ben se enternece al verla de esa manera, se la ve emocionada y está tan contento que le haya gustado tanto el regalo. Sin embargo, eso no es todo.

-Falta algo más.

- ¿Algo como qué?

Las mejillas del abogado se ponen rojas y su mano se mueve con torpeza hasta llegar al bolsillo de su saco. La mirada de la mujer se concentra en el y sus ojos se abren al ver una caja de terciopelo.

- ¿Qué es? -Curiosa.

-Ábrelo.

Sus manos se conectan en el momento que Emilia agarra la caja y sus ojos se conectan. Benicio traga saliva al sentir como su corazón late por la emoción y ella toma la caja con sus manos, la abre despacio, encontrándose con una cadena de oro con un dije de un libro abierto.

-Es precioso. -Encantada.

- ¿Me dejas ponértelo? Quiero ver como te queda.

Asiente y se mueve en su asiento, el abogado agarra la cadena y con cuidado rodea su cuello con ella, prende su cadena y su cabello rubio cae sobre sus hombros. Emilia da media vuelta y sonríe como una niña contenta.

- ¿Cómo me queda?

-Hermoso. -Contento.

Ambos sonríen y el momento se corta cuando el celular de la mujer empieza a sonar. El corazón de ella se encoje de miedo al pensar que es su esposo y tarda en sacar el celular de su cartera, en cambio, la llamada proviene de Victoria.

- ¿Qué paso Vicky?

- ¿Usted es pariente de Victoria Lugones?

-Soy su amiga. -Confundida. - ¿Quién es?

-Soy enfermera del hospital alemán, la llamaba porque la señora Lugones fue herida de bala y está siendo asistida.

El mundo de la mujer se derrumba y su rostro se pone blanco, lo que preocupa a Benicio.

- ¿Cómo? Ya voy para allá, muchas gracias.

Corta la llamada y se encuentra con las preguntas del hombre.

-Vicky está internada en el hospital alemán, fue herida de bala.

-No puede ser. Ya vamos para allá.

Ella asiente y Ben pone en marcha el auto. Conduce hasta el sanatorio y caminan rápidamente hasta la recepción.

-Buenas noches. -Saluda Emilia. - ¿Dónde está la paciente Lugones Victoria?

La chica se puso a revisar en la computadora cuando una enfermera se acerco al dúo.

-Buenas noches. La señora Lugones está siendo intervenida quirúrgicamente para extraerle la bala, por ahora va a estar bien.

Ellos respiran de alivio y asienten.

-Va a ser trasladada en una sala privada y por favor, no invadan su espacio.

-Claro. Muchas gracias.

-Les avisare cuando se sepa como termino la operación.

Los deja solos y van a la sala de espera.

- Pero ¿qué fue lo que paso? -Le pregunta a Ben.

-Victoria recibió amenazas por el caso que está trabajando, ¿te acuerdas?

-Si. -Se lamenta. -Ella no hacia tanto caso a las amenazas y mira lo que ocurrió. -Se queja.

-Yo se que esa familia tiene mucho que ver, el padre es un mafioso y obvio que iba a hacer cualquier cosa para salvar a su hijo. Hay que ver como comprobamos que fueron ellos.

-Por ahora yo diría que tiene que tener un guardaespaldas, ¿no crees?

-Lo se... -Coincide con ella. -Solo que a Victoria no le va a gustar.

-Es eso o la matan.

Emilia siente escalofríos y no quiere que su mejor amiga corra peligro.

-Yo me ocupo de buscarle un guardaespaldas. Voy a buscar café, ¿quieres uno?

-Por favor.

Benicio se aleja de la mujer y ella se queda esperando a ver si hay alguna novedad. El hombre se acerca enseguida y le entrega su vaso de café.

-Gracias.

Se quedan esperando por más noticias de Victoria hasta que se encuentran con el cirujano que intervino a la morena.

- ¿Familiares de Victoria Lugones?

-Somos sus amigos. -Poniéndose de pie.

-La operación fue buena, respondió bien y está siendo trasladada a su habitación. Dejen que descanse hasta mañana y podrán visitarla cuando empiece el horario de visita.

- ¿No podemos pasar a verla?

-No señora, además no se preocupen. Ella está bien y a salvo.

Emilia no quedo muy satisfecha, quiere ver a su amiga y todavía sigue asustada.

-Está bien, gracias doctor.

Ben le agradece y sale del hospital con la mujer.

-Te llevo a tu casa.

-Gracias. -Seria.

Le abre la puerta para que ella ingrese y la cierra suavemente. La mujer demuestra la preocupación que tiene en su rostro y el hombre busca tranquilizarla.

-El hospital es seguro, Emi. Victoria estará bien.

-Busca un guardaespaldas ya mismo, Vicky no puede estar sola cuando su vida está en peligro.

-Está bien. -Toma su mano. -Yo me ocupo.

Ella asiente y Benicio tiene tantas ganas de acariciar sus bucles rubios. Respira hondo y enciende el motor.

En la medianoche, Adrián sigue despierto cuando recibe una llamada de trabajo. Le ofrecieron proteger a una abogada llamada Victoria Lugones y recibió una oferta que no puede rechazar.

- ¿Cuándo empiezo?

-Mañana mismo, la señora Lugones está internada en el hospital porque intentaron asesinarla.

Queda helado por la noticia y la adrenalina se hizo evidente. Fue notificado del peligro que corre la abogada por defender el caso de Julieta Medina.

-Está bien señor, mañana mismo estaré en el hospital. Muchas gracias.

El guardaespaldas corta la llamada y deja el celular en la mesa de luz. Antes de recibir la llamada estaba por irse a dormir pero la noticia lo mantuvo despierto por unas horas.


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