Capítulo 28 "Fuera de control"

89 19 8
                                    

Ben arranca el motor del auto y ella no entiende nada de lo que está pasando.

¿Por qué se puso así? ¿Acaso alguien los descubrió? Y pensó en lo que pasaría si Facundo se entera de todo.

El sigue en estado de alerta, dispuesto a protegerla con uñas y dientes.

-Nos tenemos que ir ya.

- ¿Qué pasa? ¿Quién te llamo? Ben por favor, contéstame.

-Me llamaron para amenazarte. -Asustado. -Te llevo a tu casa.

- ¿Qué te dijo?

-Que eres una mujer casada y que te va a hacer algo si sigo defendiendo a Julieta. -Enojado por haberla puesto en peligro. -Son unos hijos de puta.

- ¿Está Facundo en tu casa?

-No, está en el trabajo. -Nerviosa.

El abogado asiente y para tranquilizarse toma la mano de Emilia y sus dedos quedan entrelazados.

-Estás a salvo, ¿si? Nadie te va a tocar.

Ella asiente y en sus ojos azules se pueden ver el miedo. Benicio está peor, sintiéndose culpable por haberla puesto en un peligro inminente. Es capaz de matar a la persona que quiera lastimarla.

El viaje tomo su tiempo hasta que estaciona el auto frente a la de Emilia y la acompaña hasta la puerta.

-Por favor, mi amor. -Muerto de miedo. -Manteneme informado de todo.

- ¿Qué es lo que va a pasar? Mañana tengo que ir a trabajar. -Asustada.

-Facundo te puede llevar, no puedes ir sola.

Ella se le queda viendo peor, lo que menos quiere es depender de ese monstruo y sus pensamientos desaparecen cuando este toma su rostro.

-Por favor Emilia, soy capaz de morirme si te pasa algo. -Sus ojos le empiezan a picar. -Estoy desesperado.

La mujer asiente y lo que menos quiere es que la suelte, ahora más que nunca desea quedarse con el para siempre.

Entra a la casa y Ben se va cuando sabe que ella está a salvo.

Emilia se apoya en la puerta con una sensación fea en el pecho, no le gusta nada lo que presiente y eso la pone en estado de alerta.

Y no solamente Benicio recibió amenazas, también Julieta Medina y Victoria se entero de ello. Una sensación de impotencia y de furia la sobresalto y le pide a Adrián que la acompañe hasta la casa de la víctima.

-Tengo que hablar con ella. Es urgente.

El guardaespaldas traga saliva, no quiere que Victoria corra peligro pero es consciente de lo cabeza dura que es y lo molesta que se va a poner si se niega.

No tiene otra opción que aceptar y la lleva hasta su casa. Ambos son recibidos por la madre, quien está asustada por su hija.

Hace meses que la familia Medina son custodiados por la policía y aún así tienen miedo.

-Está en su habitación, no se que hacer. -Suspira. -Quiero que ese maldito pague pero mi hija corre peligro.

La abogada asiente y apoya las manos en los hombros de la señora.

-No se preocupe señora Medina, su hija estará bien. -Le promete. -Ahora voy a pasar a verla a ver como está.

La mujer asiente y la morena golpea la puerta de la habitación de Julieta.

-Juli... soy Victoria, quiero que hablemos. -Le habla desde la puerta.

En unos instantes la puerta se abre y ve a la muchacha, la hace pasar y Julieta vuelve a la cama. La morena se sienta en el lugar libre del colchón y la mira con atención y respira hondo.

-Me entere que te amenazaron, debes estar asustada... yo también lo estoy porque el padre de ese desgraciado también me amenazo.

Julieta la mira con sorpresa al escuchar eso.

-Lo hizo porque tiene miedo, nos tiene miedo. -Se corrige. -Quiere que su hijo quede libre pero no va a poder porque vos te vas a encargar que eso no pase.

Julieta cierra los ojos y respira hondo.

-El juicio es en 5 semanas. -Le informa. -Van a hacer todo lo posible para que no ocurra pero no van a poder con nosotras, te lo prometo.

La joven asiente y se acerca para darle un abrazo. Victoria le devuelve el abrazo y se quedaron así un buen rato en esa posición.

En todo este tiempo, Laura se fue separando cada vez más de sus amigas y casi no tiene información de ellas, solo la que sabe gracias a Eduardo quien está con ella en su oficina.

-Odio que ese maldito siga estando con ella. ¿Justo se enamoró de ese joven?

Ella no dice nada, solo lo mira con odio y está harta de está situación.

¿Valió la pena arruinarle la vida a sus amigas? Provocarles esas desdichas solamente provoco arruinar la suya y está cansada de estar enamorada de un hombre que ni la ve, harta de ser la amante de un hombre violento, harta de ser infeliz.

Se pone de pie y camina ansiosa de un lado a otro.

-Ya no me interesa escucharte, Eduardo. Ya basta que me digas todo eso y más sabiendo que te quiero. -Cansada. - ¿Por qué no te callas y me dejas tranquila?

Eduardo no dice nada, solo se queda mirándola con los ojos abiertos a una mujer que está sobresaltada por la situación.

-No se porque carajos falsifique los resultados de fertilidad de Victoria si igual ella es feliz de estar con ese joven. -Alterada. - ¿Para que le dije al marido de Emilia que ella le fue infiel cuando no lo es? Me deje enceguecer por la envidia y el odio que les tengo porque siempre fueron las mejores amigas, las que les iba bien en la vida... ¿Y TODO PARA QUE? -Levanta la voz. - ¿Para envenenarme la vida?

La respiración empieza a fallarle y más cuando Facundo abre la puerta. El hombre escucho todo lo que la mujer dijo y las ganas de matarla son latentes en su rostro.


InstantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora