Capítulo 51 "Encerrado"

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Bianca y Freya nacieron con sus respectivos 2 kilos y medio y 2 kilos setecientos. Las niñas nacieron con el cabello oscuro como su padre y los mismos ojos que Emilia. Las niñas son una copia exacta de los dos y los padres quedaron embobados cuando las estrecharon en sus brazos.

La madre intenta sentarse pero siente un pinchazo en donde le hicieron la cesárea.

-Espera, mi amor.

La mueve con cuidado y ella arruga el rostro. Benicio le entrega a Freya, luego a Bianca y sus ojos se iluminan al mirarlas. Este se sienta en el colchón y abraza por detrás a la rubia y está apoya su espalda en él.

Sus padres las observan con mucho cariño y Emilia suspira sintiéndose un poco cansada pero feliz de tener a sus hijas con ella. Ben besa su mejilla y apoyan sus cabezas.

-Te dije que son hermosas como vos. -Feliz.

-Si... -Sonríe. -Pensar que las tuve conmigo tantos meses, las sentí moverse, darme patadas y fueron unos momentos más maravillosos que pudimos tener. -Mueve la cabeza para mirarlo. -Pero nada se compara con tenerlas en mis brazos.

-Y yo todavía no puedo creer que el destino me haya recompensado con una vida a tu lado. -Besa sus labios. -Ahora míranos, ya formamos una familia y nos vamos a casar.

-Nos recompenso a los dos. -Sonríe con dulzura y respira tranquila. -Vas a ser un padre maravilloso.

-Vos también, mi amor. Recuerdo como fuiste con Mateo y lo sé. Las niñas no pudieron elegir una mejor madre que vos.

La abraza con cuidado y en ese momento, Vicky irrumpe en la habitación con Adrián. Ellos tienen muchos regalos para las niñas y la morena está tan emocionada por sus sobrinas.

Se acerca para mirarlas y una sonrisa aparece en su rostro.

-Ay mira lo chiquititas que son. -Se muere de ternura.

Con cuidado, acaricia la cabecita de Bianca y está se agita un poco mientras aún mantienen los ojos cerrados.

-Mis sobrinas son hermosas. No me quiero imaginar como va a estar el padre cuando sean grandes.

Emilia trata de no reír por la herida pero ya se imagina lo celoso que va a ser.

-Ey. -Ofendido. -Tampoco soy un ogro.

-Pero eres un poco celoso. -Acota la madre.

Benicio pone los ojos en blanco y acaricia el cabello de su mujer.

- ¿Puedo cargarla? -Victoria señala a Freya y Emilia asiente.

La abogada la toma despacio y la carga entre sus brazos. Los ojos verdes se agrandan al recibir la hermosa imagen de la bebé en sus brazos. Adrián se acerca a la morena y acaricia su espalda.

-Hola Freya... soy tu tía. -Animada.

Besa su pequeña frente y sus ojos se llenan de lágrimas.

Emilia se le queda mirando y traga en seco, sintiéndose tan mal de ver a su mejor amiga tan conmovida y triste. A pesar de que no quiere demostrarlo, sabe que todavía le afecta no poder adoptar a su hijo.

-Perdón...

Entrega a la bebé al saber la escena que está montando y la rubia la toma de la mano.

-No pidas perdón... al fin y al cabo eres humana. -Tranquila. -Y tampoco no tienes que disculparte, eres su tía.

Vicky asiente y se limpia las lagrimas que apenas salieron a la superficie.

Más tarde, la pareja regresa a la casa y la abogada suspira lentamente. Tomar en brazos a las bebés provocaron que su interior convulsionara y los deseos de ser madre salieran de la superficie.

Adrián la toma del mentón y levanta lentamente su cabeza para que lo mire a los ojos.

-Lo siento pero todavía me duele. -Cierra los ojos y lo abraza. -Quiero vivir mi vida normalmente pero las niñas despertaron tantos sentimientos.

-Lo se mi amor. -La abraza con fuerza. -Como te lo dijo Emi, no tienes que pedir perdón. -Acaricia su espalda.

Ella apoya el rostro en su pecho y respira hondo.

-Volveremos a intentarlo, polvorita. -Sonríe. -Ya tendremos la oportunidad de adoptar y veras que aparecerá el milagro... solo hay que esperar.

Asiente de a poco y se refugia en sus brazos, rogando a que el guardaespaldas tenga razón y aparezca ese milagro que hace años espera.

¿Lo logrará o tendrá que aprender a vivir con ese deseo frustrado?

Es de noche y las niñas empezaron a llorar al tener hambre. Antes de agarrar las niñas que están en su cuna, acomoda a su prometida y toma en brazos a Bianca, desprende la tira de su camisón y espera a que la niña se prenda de su seno para alimentarla.

Solo tardo unos minutos y Bianca está succionando su pezón. Benicio sostiene a Freya y no puede dejar de mirar esa escena. Sus ojos se llenan de luz y las mira con tanto amor.

Ella levanta la cabeza para mirarlo y levanta la mano para tomar la de Ben, quien entrelaza sus dedos con los de su mujer y miran a la niña alimentándose.

Al otro día, Facundo está en su celda cuando el abogado se hace presente para brindarle la noticia que tanto quería el prisionero.

-Ya nacieron, son dos niñas.

El prisionero aprieta los puños y respira profundamente, casi no puede hablar por la furia que traspasa su cuerpo y golpea los barrotes antes de perder la razón.

-Y yo encerrado en está prisión de mierda. -Molesto. -Tengo que salir de acá... ellos no pueden estar juntos. -Fuera de sí. -Emilia es mía... y antes de que se case con ese desgraciado soy capaz de matarla.


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