-Ay Ben... por favor...
Mueve su pelvis hacia el rostro del hombre y se moja cada vez más al ser saboreada por él. Echa la cabeza hacia atrás y sus gemidos son más altos. Lleva sus manos a la cabeza del abogado, los dedos masajean su cuero cabelludo y al sentir que poco a poco se está acercando a la cima del placer, tira de su cabello oscuro y gime en voz alta.
Escucharla de esa manera provoca que su pene se hinchara cada vez más y le duele por el deseo de poseerla y escucharla perdida en la lujuria.
Traga saliva en el momento que no puede controlar su cuerpo y echa la cabeza hacia atrás, grita el nombre de Benicio, ahogándose en vertiginosas olas de placer y trata de recuperar el aire.
Una sonrisa placentera se asoma en el hombre y deposita pequeños besos en su vagina, desparramándolas sobre su cuerpo. Emilia se siente tan sensible y con tanta excitación que la hace a ir por más, se sienta sobre el colchón y se inclina hacia adelante para envolver el cuello de su amante, besándolo apasionadamente e iniciando una guerra de lenguas, el beso es desesperado y la sangre se estanca en la virilidad de Ben.
Emilia lo sabe y se muerde los labios, su mirada azul está llena de lujuria y Ben está encantado verla así, quedando hipnotizado por su mujer.
Sus manos suaves se apoyan en los hombros fuertes de su piel bronceada, acariciando lentamente hasta su pecho. El hombre cierra los ojos y deja escapar un suspiro.
No puede dejar de verla, deleitándose ante esa imagen placentera de Emilia. La mujer procede a besar su piel, lo hace lentamente y escucha un gruñido en respuesta. Disfruta escucharlo así y lo empuja suavemente, haciendo que este se acueste sobre la cama.
Se queda mirando el pene hinchado del abogado y se le hace agua la boca. Humedece sus labios y toma su longitud con fuerza pero lo frota lentamente, moviendo su mano arriba abajo, observa con atención la expresión de placer de su amante, ve como cierra los ojos y junta los dientes cuando se escucha otro gruñido de su boca.
Benicio disfruta de que ella lo esté masturbando y Emilia se inclina antes de llevarlo a su boca. Lo primero que hace es lametear la punta de su pene y escucha un suspiro prolongado de él. La mujer deja escapar una risita y abre la boca.
El abogado traga en seco al sentir como ella lleva toda su erección a su boca y gime más alto. Utiliza sus manos para correr sus bucles para mirar lo que hace, excitándose más al ver como se la chupa y mueve la cabeza arriba abajo, no le da tiempo a recuperarse y no para de gemir.
-Se siente tan bien. -Jadea. -Emilia no pares... ahhh... ahhhh.
Sigue sosteniendo su cabello, mirándola con los ojos dilatados y con ganas de recompensarla por lo que está haciendo.
Se está por venir y con cuidado, la aleja de su pene y la hace sentar en su regazo.
-Eres una niña traviesa.
Lleva su cabello rubio hacia atrás y ella rie con ternura, echa la cabeza hacia atrás y el hombre aprovecha para besar su cuello, Emilia jadea al sentir como acaricia su cuerpo y besa su cuello.
Se moja más, se siente tan extraña porque nunca se excito de esa manera y solo quiere que la rompa en miles de pedazos. Ronronea al sentir como las manos aprietan sus senos hinchados y su respiración se acelera.
Ella siente como el pene erecto roza su vagina y traga saliva al imaginarse como encaja en su interior. Ambos se miran en silencio y Ben termina con la tortura de la pareja.
Emilia lo recibe con un jadeo y lo abraza con fuerza. Apoya el rostro en su hombro, mordiendo ligeramente la piel bronceada del abogado para ahogar sus gemidos.
No obstante, el quiere escucharla y cambia la posición, decidido recompensarla por todo el placer que le hizo sentir. La acuesta boca arriba y la penetra de vuelta, una descarga hace temblar a la mujer y jadea con fuerza.
Benicio no pierde el tiempo, mueve su pelvis con fuerza, entrando y saliendo rápidamente mientras la embiste profundo. Observa como ella arruga su rostro y disfruta del placer de sus embestidas.
Entra y sale más rápido, más duro y la habitación se llena de gritos de la pareja. La cama golpea la pared cuando las embestidas son animales. Benicio gime con ella y el sudor empieza a notarse en sus pieles.
-Ay Emilia... -Gruñendo con fuerza. -Te sientes tan bien...
La cama cruje y la mujer disfruta tanto como Benicio le hace el amor, su cuerpo está envuelto en llamas al igual que el hombre y siente como está cerca del orgasmo.
-Ay Ben.... Así, así. Si. -Traga saliva y echa la cabeza hacia atrás. -Me vengo... me voy a venir.
Al escuchar eso, el abogado acelera sus movimientos y grita cuando llega al orgasmo, su cuerpo no deja de temblar al ser victima del clímax y enseguida Ben se viene.
Quedan cansados y Ben sigue arriba de ella.
-Dios... -Suspira y sonríe al abrir los ojos. -Eres tan hermosa. -La mira con devoción.
Lo mira con una sonrisa, ambos están demasiado satisfechos y se besan con ternura.
Todo fue demasiado rápido para Victoria, la ambulancia los llevo hasta el Hospital Alemán y Adrián todavía no reacciona, lo que preocupa demasiado a la abogada.
Llevan al guardaespaldas en una camilla y antes de entrar a emergencia, una de las enfermeras detiene a la mujer.
-No puede entrar señora.
-Pero quiero estar con él. -Nerviosa.
-Lo se pero no puede entrar y a usted también la tenemos que revisar.
-Yo estoy bien. -Caprichosa. -El me necesita.
-Tiene un corte en la frente y hay que desinfectar, no se preocupe por el joven. Estará bien. -Buscando tranquilizarla. -Acompáñeme.
Victoria solo quiere entrar para ver como está Adrián, no obstante, le hace caso a la enfermera y está la lleva a la guardia.
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Mañana nuevo capítulo. Ojalá les guste ❤️
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Instantes
RomanceUn solo instante bastará para cambiar las vidas de Victoria y Emilia. Victoria es una hermosa abogada, quien no se deja intimidar por alguien y por un evento del pasado, juro que nunca perderia la cabeza por un hombre. Lo que la abogada no sabe, e...