El joven deja a Emilia en su casa y se queda con Laura en el auto. Conduce hasta la casa de la mujer y al estacionar, está se le queda viendo y se cruza de piernas.
- ¿Te puedo hacer una pregunta, Adrián? -Curiosa.
-Claro. -Confundido. - ¿Qué quiere saber?
- ¿Tienes pareja? -Animada.
Ella se coloca el cabello hacia atrás y se anima en llevar una de sus manos al muslo y la mirada del muchacho es seria.
-No, ¿Por qué esa pregunta? -Extrañado.
-Por nada. -Acaricia su pecho por encima de su camisa blanca. -Es que me gustas tanto, Adrián... eres muy lindo, ¿lo sabias?
-Señora...
-Shhh. -Excitada. -No digas nada... -Susurra.
Laura intenta besarlo y el guardaespaldas la rechaza con cortesía para no ofenderla. Está tan incomodo que ya se quiere ir del lugar.
-Lo siento señora, no quiero faltarle el respeto. -Incomodo. -Pero no estoy interesado, solo hago mi trabajo y la traje a su casa para que se sintiera segura.
La descoloco esa respuesta y no dice nada, solo se desabrocha el cinturón de seguridad y sale del auto. Adrián suspira y enciende el motor antes de volver a la casa.
Laura se queda de pie observando como el hombre se marcha con el auto y se cruza de brazos.
-Vas a ver, maldito desgraciado... vas a ser mío. -Encaprichada.
Respira con dureza y toma sus llaves para entrar a la casa.
Estaciona el auto en el garaje y al abrir la puerta de la entrada, se encuentra con su jefa esperándolo con los brazos cruzados.
- ¿Le parece que estás son horas de llegar? -Furiosa.
-Pero señora entiéndame. -Confundido. -Lleve a sus amigas a sus casas, obvio que iba a tardar un poco. -Se defiende.
-Y seguramente habrá estado tan entretenido con Laura. -Enojada. - ¿O me lo va negar? No soy tan estúpida.
- ¿Por qué lo tendría que negar?
- ¿Ah encima tenes el descaro de decirme eso? -Celosa. -Yo no le pago para que se haga el galán.
- ¿Me parece a mí o está celosa, señora Lugones? -Entrecierra los ojos, disfrutando de los celos intensos de su jefa,
Ella suelta una risa y se acerca al hombre, ambos quedan muy cerca y este se moja los labios.
- ¿Acaso estás loco? Mira si voy a tener celos y encima de ti.
-Así parece. -Sonríe. -Se nota mucho en sus ojos.
-Mira si voy a sentir celos, que estupideces dices, Bustamante.
Adrián la toma con delicadeza de los brazos y la pega a su pecho.
- ¿Por qué no enfrenta lo que siente? Cuando tuvimos relaciones sexuales la sentí temblar de deseo, jadeabas por mis besos y ahora te mueres de celos.
Victoria lo aparta enseguida y le pega una cachetada.
-Eres un estúpido. -Nerviosa. - ¿Quién te crees que eres?
Eso lo encendió por completo y la toma de los brazos, esa fuerza que utiliza le hace detener el corazón y deja de respirar.
-El que te vuelve loca.
La besa por sorpresa y ella no lo rechaza. Es más, le corresponde encantada de que la costumbre del hombre sea robarle besos. Le come la boca y gime en el beso al sentir la mano fuerte del guardaespaldas apretando su trasero.
La entrepierna del hombre está hinchada e implora por ella. Le gusta tanto esa mujer y Victoria siente lo mismo, no lo quiere admitir pero está loca por su guardaespaldas.
Utiliza sus fuertes brazos para alzarla y las piernas de la mujer envuelven las caderas de Adrián. La lleva hasta la habitación y la acuesta en la cama. Siguen besándose hambrientamente y sus manos se deslizan vigorosamente por todo su cuerpo, provocando que el cuerpo de la mujer no dejara de temblar y más al sentir la lengua húmeda del guardaespaldas se desliza por su cuello.
Cierra los ojos y jadea por aire al sentir como el aire se va evaporando de sus pulmones.
Las prendas caen hacia el suelo y las sabanas se desarman mientras ruedan en el colchón. Sus cuerpos quedan desnudos y están locos por el deseo, ella ya no se contiene y se sienta a horcajadas sobre Adrián. Este la toma con fuerza de la cintura y jadea al penetrarla. Ambos cierran los ojos y sus pieles quedan unidas, disfrutando de la sensación placentera que les regala este momento.
Su piel se eriza al sentir las caricias del hombre corpulento y gime al momento en que empieza a balancearse lentamente. Los amantes jadean al sentirse ahogados por el éxtasis que están experimentando en su interior.
-Ay Dios. -Jadea Victoria. -Ahhh... ahhh. AH. -Grita con fuerza y se deja llevar.
Adrián abre los ojos y la mira con tanto deseo, observando lo imponente que se ve la mujer que le quita el sueño. Es una mujer tan hermosa que no puede quitarle la mirada. Ella se sigue moviendo, cabalgándolo con astucia y la habitación se llena de gemidos, suspiros y jadeos de los amantes.
El guardaespaldas toma el control y eso le encanto tanto a la mujer, dejándose arrastrar de lo pasional que es el joven y eso se dejo llevar por el éxtasis.
Más tarde, llegan al clímax y Victoria quedo absolutamente cansada.
-Dios mío... -Jadea cansada.
-Fue increíble. -Sonríe y la besa.
Ella le corresponde al beso y sus lenguas se entrelazan. El beso dura unos largos segundos y la mujer no quiere dejar de besarlo pero la falta de aire lo hace difícil.
-Si que lo fue. -Animada.
La mujer suspira y por el cansancio se queda profundamente dormida. Adrián la abraza y también se queda dormido.
ESTÁS LEYENDO
Instantes
RomanceUn solo instante bastará para cambiar las vidas de Victoria y Emilia. Victoria es una hermosa abogada, quien no se deja intimidar por alguien y por un evento del pasado, juro que nunca perderia la cabeza por un hombre. Lo que la abogada no sabe, e...