Capítulo 44 "Disparo"

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Las dos semanas fueron demasiado tensas durante el juicio y hoy es el veredicto, lo que provoca un poco de temor por lo que pueda hacer Federico en represalia.

Todos están en la sala donde se está dictando el juicio y todos se ponen de pie antes de que se dicte el veredicto. El juez empieza a leer todo lo que escribió y el acusado fue declarado culpable. La mujer cierra los ojos y suspira antes de mover la cabeza en dirección a Federico, nota que en sus ojos hay dolor y rabia, ella deja de mirarlo y escuchan la pena.

El abusador recibió la condena de 13 años y Julieta empezó a llorar, los abogados la consuelan y están emocionados de que al fin el abusador recibe lo que merece.

Los tres salen de la sala y la madre de Julieta la abraza con fuerza.

-Sera mejor que vayan a su casa y descansen... pasaron por mucho.

-Gracias. -Agradece la muchacha a sus abogados. -Voy a estarles agradecida toda mi vida.

La muchacha salió con su madre y cuando Adrián mira feliz a su mujer, camina para acercársele y de pronto, Federico sostiene un arma en su mano y avanza hacia el dúo, sin mediar palabra, le apunta a la mujer y le dispara en el estómago.

Todo fue demasiado rápido y el guardaespaldas grita al ver que la vida de la mujer que ama corre peligro de muerte.

Antes de caer al piso, Benicio la sostiene con fuerza y con el joven la recuestan en el suelo. La policía agarra al asesino y este le grita a Victoria, quien todavía está consciente. Adrián acaricia su cabello y en sus ojos oscuros se pueden ver el miedo y la culpa.

- ¡Te dije que ibas a pagar! -Grita. -Ahora voy a estar feliz al ver que te vas a morir, hija de puta. -Escupe con bronca. -Eso te pasa por meterte conmigo.

Los policías se lo llevan arrestado y Adrián sostiene la mano de Victoria.

-Resiste mi amor, por favor. -Llorando. -Perdóname mi amor, por favor perdóname.

Ella está parpadeando varias veces por el sueño que tiene y eso lo desespera.

-Mírame, mi amor... por favor te lo pido. -Desesperado. -No te duermas. -Le ruega.

La mujer no puede hablar y está perdiendo sangre, Ben aprieta la herida y la abogada poco a poco va perdiendo el conocimiento. El pánico se apodera del guardaespaldas y más al ver que no llegan los paramédicos.

La ambulancia llega enseguida y trasladan a Victoria hasta el hospital, Adrián se va con ella en la ambulancia y Benicio los sigue con su auto.

Más tarde, están interviniendo quirúrgicamente para extraerle la bala y los hombres están esperando a que alguien les brinde una noticia sobre la salud de la abogada.

Ben se pone de pie al ver a Emilia acercándose a ellos.

- ¿Cómo está? -Asustada.

-Te dije que no vinieras, mi amor. -Acaricia su mejilla. -Es peligro por los virus que hay en el hospital.

-Es mi mejor amiga, obvio que no te iba a hacer caso.

Su pareja suspira y la abraza con fuerza.

- ¿Cómo está? -Repite.

-Ahora la están operando. -Dice el guardaespaldas sin expresión.

El abogado la hace sentar y sostiene su mano.

Los tres se quedan esperando en la sala de espera hasta que luego de una hora, el doctor que la intervino se acerca al trio.

-La señorita Lugones está bien, perdió mucha sangre pero está fuera de peligro.

Suspiran aliviados y el doctor sigue hablando.

-La van a trasladar a terapia intensiva. Por favor, que este tranquila y no la sometan a situaciones que la pongan nerviosa.

-Está bien, doctor. -Dice Adrián. -Muchas gracias.

El cirujano se aleja y Adrián está ansioso por verla para asegurarse de que está bien.

Benicio apoya la mano en el vientre de la rubia y acaricia cuidadosamente.

-Te llevo a la casa. -La ve suspirar. -No podes estar acá mucho tiempo, mi amor. -Besa su cabeza y mira a Adrián. -Mantenemos informado de todo.

El guardaespaldas asiente y este va hasta el piso de terapia intensiva.

La pareja sale del sanatorio y el hombre aprieta su mano con suavidad.

-Menos mal que salió todo bien. -Aliviada.

-Si. -Apoya la mano en su espalda baja. -Pero me tendrías que haber hecho caso. -Le reprocha. -Me muero si les pasa algo.

-Vicky me tenía preocupada, mi amor. -Apoya las manos en su pecho. -Y siempre quiero estar con ella para lo que necesite.

-Lo sé. -La abraza y la protege con sus brazos. -Vamos a casa. -Sonríe con ternura y besa su frente con amor.

Ambos entran al auto y enciende el motor antes de dar marcha atrás.

En ese momento, Adrián gira el picaporte y al entrar, encuentra a su mujer conectada al respirador y la maquina que controla sus signos vitales. El muchacho agarra la silla para acercarla a la cama y toma su mano con cuidado.

-Eres fuerte, mi amor. -Lleno de esperanza. -Ya saliste de la muerte cuando intentaron asesinarte y vas a salir de está mierda. -Enojado. -Dios mío, como odio que estés en este lugar... -Llora. -Tendría que haber estado con vos para protegerte y no lo hice, espero que puedas perdonarme.

Sigue llorando desconsoladamente y cubre el rostro con su mano libre, rogando para que Victoria se recupere y no tenga secuelas.


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