Sus ojos verdes están llenos de éxtasis, cierra los ojos con fuerza al sentir otra embestida del moreno y su cuerpo tiembla por las sensaciones.
Disfruta tanto del sexo y más cuando no es por amor, sin sufrimiento, sin deberle nada a nadie.
Sus dedos recorren la espalda ancha del hombre y sus uñas se hunden en su piel, dejando marcas rosadas y este no aguanta las ganas de besarla. Ambos gimen en el beso apasionado y ella deja de besarlo enseguida, sus manos se apoyan en el pecho de su amante y toma el mando, le da la vuelta y se sube a horcajadas. Su cabello negro cae sobre sus hombros y el hombre la mira con tanto placer, hechizado por la tremenda hembra que lo está poseyendo.
Toma su pene y lo introduce en su vagina, las paredes de su feminidad abrazan la virilidad del varón y echa la cabeza hacia atrás, sin poder callar sus gemidos y los gruñidos que escapan de su boca.
Victoria es una maestra del sexo y le fascina que sea así, volviéndose loco por la mujer que lo enamoro por completo. La mujer lo cabalga con fuerza, sin darle tiempo a nada y mueve las caderas como a el tanto le gusta.
Sus cuerpos quedan empapados por el sudor y los senos se mueven de un lado hacia el otro por la cabalgata intensa de la mujer.
Ambos llegan al clímax y la sonrisa placentera de Victoria suaviza su mirada picante. Se acuesta en el lado libre de la cama y Eduardo se acuesta de lado para acariciar su cuerpo desnudo.
-Me dejaste... -Suspira satisfecho. - ¿Te das una idea de lo magnifica que eres?
Ella suelta una risita y palmea varias veces su hombro.
-Me estás diciendo algo que ya se.
Eduardo se acerca para besarla, tratando de desestabilizarla, buscando así enamorarla pero ella no siente nada. Su corazón permanece dormido, sin inmutarse del hombre enamorado que le pide a gritos que lo ame tanto como el la ama.
Se separan rápidamente y Victoria sale de la cama para limpiarse. Se encierra en el baño y abre la llave de la ducha. El baño se llena de vapor rápidamente y se ata el cabello una vez que el agua está a la temperatura que le gusta.
Al otro día, la mujer es la primera en abrir los ojos y se queja al sentir los brazos de Eduardo abrazando su cintura. Lo mira seriamente y toma su brazo con cuidado antes de apartarlo. Ni siquiera pierde el tiempo de despertarlo, sale de la cama y camina hasta el baño para darse una ducha.
Se toma su tiempo para prepararse antes de ir a su trabajo y deja a Eduardo en la cama. Va al garaje y sube enseguida a su auto, la puerta del garaje sube automáticamente y se cierra cuando ya está en la calle.
Conduce con mucha atención y chasquea la lengua al ver el tremendo trafico que hay. Ya la demora la puso de mal humor y espera a que el semáforo se ponga en verde para poder doblar y tomarse un atajo para llegar a tiempo al trabajo.
Victoria conduce correctamente cuando un auto se pone a contramano y todavía peor, ve que el hombre está con el celular en la mano y al ver que este no tiene intención de esquivarla, ella intenta doblar pero termina produciéndose un choque.
-La puta madre que lo pario. -Putea.
Abre la puerta del auto y va en dirección al joven.
-Lo siento mucho. -Apenado.
- ¿Pero vos estás loco? -Furiosa. - ¿Cómo mierda vas a estar a contramano y encima con el celular? Podes matar a alguien.
-Lo siento señora. -Repite. -No me di cuenta, fue todo tan rápido. Espere que le de los datos del seguro.
Ella suspira con fuerza y se cruza de brazos, esperando a que el chico se apure en darle todos los datos. Sin embargo, se le está haciendo tarde y eso la puso peor.
Este se acerca y le da toda la información para poder cobrar los daños del auto.
-De nuevo, perdón señora. -Apenado.
-Trate de prestarle más atención a la calle o va a matar a alguien. -Enojada.
Guarda el papel con toda la información y se echa a andar hasta el coche. El joven suspira y la ve irse. Fue todo tan rápido, ni siquiera le dio tiempo para reaccionar y mucho menos para mirar bien a la mujer hermosa que estuvo parada frente a él.
Se apresura en entrar a su coche y acelera para seguir su camino.
En cambio, Victoria llego tarde a su estudio y está que brama por la furia. Hoy tiene mucho trabajo y eso la pone de los pelos, quiere tener todo en condiciones y llegar tarde lo empeora todo.
En su despacho está su colega y amigo esperándola en silencio. La puerta se abre y la mujer le da una mirada de pocos amigos.
-No es la muerte de nadie llegar tarde.
-Para mi si, Benicio. -Se queja. -Y lo peor de todo es que choque.
- ¿Pero estás bien? -Preocupado.
-Si. -Seria. - ¿Y sabes algo de la señorita Medina?
-Su madre me llamo, tuvo un ataque de pánico y la tuvieron que internar par estabilizarla. No sé si estará lista para afrontar el juicio, al menos hasta que la psicóloga de el visto bueno.
Victoria cierra los ojos y golpea el escritorio.
-No puede ser... eso es servirle en bandeja a ese hijo de puta. -Enojada.
-Tranquila, es hasta que la chica este bien. Sabes que es un proceso largo.
-Y más largo es el proceso hasta que otra vez tengamos la fecha del juicio.
La mujer se sienta en su asiento y se queda en blanco. Victoria es una prestigiosa abogada y se ofreció defender gratis a una victima de abuso con exceso carnal. La muchacha fue abusada por el hijo del dueño de una tabacalera, dificultando las cosas. Ella como la victima en todo este tiempo sufrieron amenazas de muerte pero eso no la va a detener más cuando su obsesión es la justicia.
-Ya notifiqué el problema, no te preocupes.
Benicio la saca de su mente y ella asiente antes de mirarlo.
- ¿Crees que ella estará bien?
-Estoy seguro y le hará bien que la veas.
-Lo sé. -Sonríe. -No la voy a dejar sola.
Su colega sonríe y asiente al estar conforme con su respuesta.
La mirada de la abogada se suaviza y se acuerda de un detalle importante para su amigo.
-Mañana es la fiesta sorpresa por el cumpleaños de Emi.
Los ojos negros del abogado se iluminan al escuchar el nombre de Emilia y Victoria reprime una sonrisa al darse cuenta.
- ¿Dónde lo harán?
-En mi casa, ¿quieres ir?
- ¿Te parece? -Nervioso.
- ¿Qué tiene de malo? Mi mejor amiga te conoce y han conversado varias veces. Además no creo que le desagrade la idea.
-Pero sabes que me gusta y es una mujer casada. -Suspira. -No se si sea buena idea.
-Ay Ben. -Seria. -Eso no tiene nada de malo y Emi ni sospecha lo que sientes por ella. Dale. -Le ruega. -Te espero mañana.
Benicio sonríe un poco y asiente, poniendo de buen humor a su amiga.
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Instantes
Roman d'amourUn solo instante bastará para cambiar las vidas de Victoria y Emilia. Victoria es una hermosa abogada, quien no se deja intimidar por alguien y por un evento del pasado, juro que nunca perderia la cabeza por un hombre. Lo que la abogada no sabe, e...