Facundo está trabajando en la empresa cuando es invadido por los recuerdos, aquella vez que su mundo se cayo a pedazos y salió ese Facundo violento que nunca pensó mostrar.
Nunca quiso hacerle daño a su esposa, más cuando la sigue amando pero al recibir esa información de Laura, su amiga, todo cambio para peor.
Laura le había informado que Emilia lo estaba engañando con un compañero de trabajo y al principio no lo quiso creer, quería que solamente fuera un error de la mujer, sin embargo, es una de las amigas de la infancia, la que tanto conoce a su esposa.
¿Cómo mentiría en algo así? Más cuando es algo serio.
Y allí empezaron los maltratos, rebajándola psicológicamente con que no vale nada, que la va a tratar por como es, una zorra.
Siguieron los controles, donde iba, con quien estaba y enseguida vinieron los golpes, dejándole marcas en su cuerpo y en su rostro.
La pesadilla duro por años y a escondidas de su hijo, no le importaba dañar a la mujer que ama porque más importante es su orgullo y este estaba lastimado por su infidelidad.
Respira hondo y deja los planos sobre el escritorio ya que es difícil concentrarse por toda la furia que siente por dentro. Todavía no puede perdonarla y nunca la va a perdonar por haberlo engañado.
Se lleva las manos hacia la cabeza y golpea el escritorio.
Escucha que alguien golpea la puerta y levanta la voz para que esa persona pase. Laura abre la puerta y lo mira con una sonrisa.
- ¿Qué pasa? Tienes una cara. -Se acerca para besarlo.
-Nada... estaba recordando cuando me dijiste lo que me estaba haciendo Emilia. -Enojado.
La mujer sonríe y se acerca.
- ¿Por qué no mejor te sientas y te saco ese enojo? ¿Qué te parece?
Masajea sus hombros y este respira más tranquilo.
Más tarde, Victoria está hablando por celular con Benicio y le cuenta todo lo que paso en el estudio.
-Otra vez me amenazaron y la policía no hace nada. -Molesta. -Ya estoy harta de denunciar y que nadie se mueva. No se sabe nada del atentado que sufrí, no hay culpables y todavía no tendremos juicio hasta que Daniela este lista. -Preocupada.
-Ella está bien custodiada, está progresando de a poco y hay que tener paciencia.
-Me preocupa con lo que pueden hacer esos malditos para entorpecer la causa. -Suspira. -Esos hijos de puta tienen muchísimo poder y no les importa nada lastimar a quien sea.
-Tranquila Victoria, ya veras que llegaremos al juicio y vamos a encerrar a ese tipo.
-Eso espero porque no quiero que quede impune, sin pagar por lo que hizo y demostrarles que cada acto tiene consecuencia.
-Pero cuídate mucho, ellos son demasiado peligrosos y ya intentaron matarte.
-No lo lograron, van a tener que hacer mucho para sacarme del medio.
Se despide de su amigo y corta la llamada, se sienta en el sillón y Adrián la mira con preocupación.
- ¿Cómo te sientes?
-Más tranquila, siento un poco de miedo porque ya intentaron matarme y no van a descansar hasta terminar su trabajo pero no voy a descansar hasta hacerlos pagar por todo el daño que hicieron.
- ¿Quién es su padre? -Curioso. - ¿Lo conoces? ¿Cómo se llama?
Ella traga saliva y evita mirarlo.
-Si... se llama Federico, es un empresario y tiene mucho poder por todo el capital que tiene, además que es un corrupto y su hijo es igual a él.
- ¿De dónde lo conoces?
-Sus padres eran amigos de los míos, Emilia también lo conocía porque fuimos novios en la adolescencia. -Seria y mueve la cabeza para borrar esos recuerdos. -Y prefiero ya no hablar de ese asunto. -Se pone de pie. -Me voy a dar una ducha y estaré descansando en mi habitación.
Adrián asiente y Victoria se retira del living, dejando al guardaespaldas con un montón de dudas.
En la noche, Emilia está preparando la cena porque su hijo comerá con ellos y está emocionada por verlo. No obstante, ya estaba feliz por todo lo que paso con Benicio y en ese momento que está preparando la salsa no deja de cantar.
Sin embargo, ese momento de paz y felicidad cambia cuando Facundo cierra la puerta de la entrada, huele la salsa y camina hasta la cocina.
-Hola.
-Hola. -Ella no lo mira.
- ¿Qué harás de cenar?
-Estoy haciendo pasta. -Concentrada.
- ¿Qué hiciste hoy?
-Trabajando.
- ¿En serio le dices trabajar a esa librería? -Se rie.
-No empieces con eso.
Siempre se burla de su trabajo, de la carrera de literatura que no pudo terminar porque tuvo que criar a su hijo. Siempre rebajándola para que ella se sienta menos y humillándola cada vez que puede.
-Quiero saber que hiciste. -Levanta la voz.
-Ya basta Facundo, ya te respondi que hice. -Asustada. - ¿Qué más quieres?
- ¿Qué más quiero? Hace días que te noto bastante rara y quiero saber porque. Se que me estás ocultando algo, te conozco.
-Termínala. -Muerta de miedo. -Es solo tu imaginación.
Trata de esconder su nerviosismo y su marido se acerca para acariciar su cabello, ella retrocede un paso porque no quiere que la toque y este le agarra el brazo. Emilia tira de su brazo y jadea por el dolor que siente.
-Ya suéltame Facundo, me estás lastimando.
- ¿Por qué no quieres que te toque? -Molesto.
- ¿Te parece poco? -Lo empuja.
El ingeniero le está por pegar una cachetada cuando escuchan la cerradura de la puerta. Ella respira hondo al saber que es su hijo y va hasta la entrada.
Su hijo la mira con una sonrisa y ella camina hasta abrazarlo.
-Hola hermoso, ¿Cómo estás?
-Bien ma. -Animado. -Ansioso por verte y comer con vos.
Su padre se apoya en el marco de la puerta, mirando la escena. El joven observa a su papá y se saludan.
- ¿Cómo te va en la facultad?
-Bien... estudiando para los parciales.
-Ya no pienses en eso, debes tener mucha tensión y quiero que te relajes un poco.
El muchacho sonríe y abraza a su madre. Facundo se le queda mirando a su esposa con una seriedad que no puede ocultar.
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Instantes
RomanceUn solo instante bastará para cambiar las vidas de Victoria y Emilia. Victoria es una hermosa abogada, quien no se deja intimidar por alguien y por un evento del pasado, juro que nunca perderia la cabeza por un hombre. Lo que la abogada no sabe, e...