LOS PRIMEROS DIAS.

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Después de tomar los medicamentos recetados por el medico, la ansiedad fue aun mas fuerte era difícil no podía controlarla, es como que llegase algo entrara en tu corazón, dando miedo, y confusión

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Después de tomar los medicamentos recetados por el medico, la ansiedad fue aun mas fuerte era difícil no podía controlarla, es como que llegase algo entrara en tu corazón, dando miedo, y confusión.

Para una persona con ansiedad es difícil apoyarla, con un solo cálmate!, no bastara, a veces solo deseamos que se queden con nosotros durante el tiempo que dura un ataque, pero para mi suerte nadie me entendía, mi familia no lo hacia, en mi iglesia nadie entendía mi conducta.
me decían porque no eres tan sociable, tu no hablas porque no lo quieres hacer; pero que difícil era estar alrededor de personas, que te abrazaran cuando tu estabas en medio de un ataque de ansiedad, cuando solo quieres correr de ello.

Los primeros días eran tan grises, tan depresivos, recuerdo que lloraba y lloraba, hasta quedarme tranquila, mi casa no era un lugar seguro, me costaba tener paz y dormir.
Ir a la iglesia era mi lugar de refugio, me sentía tan tranquila, me sentaba en los asientos de arriba, los lejanos, mi hermanos iban a cultos de jóvenes y yo me quedaba en el de adultos pero se sentía bien, a veces quería dormir ahí, ese era mi lugar de paz al comienzo de mi Ansiedad.

Llegar a mi casa era tortuoso, sabia que la ansiedad se quedaría en la noche, y así fue, me quedaba sentada en mi sofá, recuerdo que mi cuarto me daba miedo, y no suelo dormir mas ahí, el ambiente es pesado y recuerdo que mi ansiedad fue en la oscuridad, me asusta mucho los lugares oscuros, mi corazón comienza a ponerse a un mas rápido de lo normal, me dan mareos, veo luces según el estado en el que me encuentro, comienzo a sudar muy frio, tan helada que hasta el corazón duele, mis manos no responden y comienzo a sentirlas dormidas mi cuerpo no reacciona llevándome a un desmayo total.

Me costaba conciliar el sueño, no dormía por las noches, mi mente maquinaba escenas que muchas pasaron pero otras no, vivía en un mundo perdida en mis pensamientos no tenia concentración alguna, quería estar sola, no salir afuera, me encerraba en casa totalmente.

Al final lleve una almohada y una sabana al sofá y se convirtió en mi cama, solía tener el televisor encendido en la oscuridad, a veces miraba dibujos animados, en otras canales de cocina me gustaba mucho verlo, a veces lograba quedarme dormida , y en otros momentos no.

Comencé a rechazar un poco la comida, a veces saciarme me producía pesadez y la ansiedad comenzaba atacarme con dolores y pensamientos de ahogo.
Comencé a comer menos, a salir menos,
A hablar menos , mi mirada era algo triste, sonreía pero tenia que tapar la tristeza para evitar la pregunta:
•estas bien?
•Te veo triste, que pasa?

Yo huía de contar mis problemas, porque eran solo míos, huir de explicaciones hacia las personas .
Por eso mantenía una sonrisa, pero atrás de ella había noches de desvelo, poca comida, tristeza y dolor.

La ansiedad se hospeda en tu cabeza, y solo tu tienes el poder de sacarla y no seguirla escuchando.

Hecha De Sol ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora