Esta historia es para chicos y chicas que luchan con la depresión y ansiedad, pensamientos intrusivos, el auto sabotaje hacia su propia persona.
Gritos de un cuerpo atrapado en pensamientos del futuro y recordando el dolor del pasado, donde el cuerp...
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12 de marzo del 2018
¿Cómo olvidar el día en que me encontré con mi enemigo?
Me llamo Estrella. Y yo también sufrí episodios ansiedad y depresión. Esta es la historia de cómo todo cambió.
Un domingo, en la casa de una vecina, el pecho me empezó a doler. Tenía en la mano un vaso con refresco y pensé, despavorida, que había bebido de más. Volví a mi casa y el alivio llegó por un rato.
A la una de la mañana, ya en la oscuridad del cuarto, el sueño se quebró: mi corazón se disparó como si quisiera salirse del pecho. La respiración se negó a acompañarme; el oxígeno no llegaba. Creí que me moría. Me levanté, me senté en el sofá y fui contando los latidos como quien cuenta pasos en la noche. Poco a poco aprendí a respirar otra vez. Un hormigueo corría por mi cuerpo; los pies flaquearon, las manos se quedaron sin fuerzas. Esa noche el sueño no volvió; el cansancio llegó después, como una tregua forzada.
Me dormí a las cinco de la mañana con miedo de que aquello regresara. No sabía entonces que muchas noches en vela vendrían después.
No tenía nombre para lo que me hacía temblar; en mi inocencia lo llamé problema del corazón. Con el tiempo entendí que aquello no fue mi enemigo absoluto, sino la profesora más cruel. Llegó para obligarme a sacar lo que mi cuerpo negaba, para reconstruir—con grietas y todo—una Estrella distinta: un corazón templado por la tormenta, más fuerte que antes.