Mensajes que nunca llegaron ✔️

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    REFORZAR LA AMISTAD          

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Bueno señoras y señores, me siento algo estúpida estando frente a la casa de mi mejor amiga con un pastelito que compré camino aquí, al menos es lindo, y oculta mi vergüenza, obvia.

Y vamos, lector. Se que hice mal al tratarle así ¿vale? No tienes que hacerme sentir peor que antes. Tampoco me juzguen.

Estoy a punto de tocar la puerta de la gran casa frente a mi, cuando veo que se abre, dejando ver a la madre de Alexa con una sonrisa.

–Sabía que vendrías.

 –¿Acaso soy tan obvia?–pregunto, con el pastelito en la mano y mordiendo mi labio inferior.

ella niega, divertida.

–Las conozco desde los diez años, querida, no pasan mas de dos días por máximo en discusión–sonríe– además, Alexa también estaba por buscarte.

La puerta se abre completamente dejando ver a Alexa con su celular en la mano y poco maquillaje, una sonrisita nerviosa se asoma.

–Hola –décimos al unisono.

–Yo tengo que salir, pero quédense a resolver todo como niñas adultas que son –Nos dedica una mirada fulminante antes de volver a su semblante tranquilo y cruzar el marco de la puerta–. Es un gusto verte, Joanna.

–Lo mismo digo, Mary –le sonrío ampliamente. Cuando se va entro a la casa con incomodidad, Alexa sigue en la misma posición que antes.

El ruido de la puerta es lo único que se escucha entre este silencio incomodo que se ha formado.

vaya... hace cuanto no teníamos uno como este.

aprieto mis labios, ella se rasca el brazo, sigue mirando al piso.

venga ya.

–Lo siento.

–Te perdono.–me dice, confundiendo a mi pobre cerebro.

Pronto vuelve a sonreír y hablar.

–Venga ya, es una broma, no pongas esa cara, das miedo.

sonrío emitiendo una risita, ella me abraza con fuerza.

–¿Hace cuanto que no discutíamos así?

–No lo se, pero se sintió como si fuesen años.

–Oh sí –Termina el abrazo y su mirada recae a el pastelito que sigue en mis manos–. Aww, me has comprado uno de esos pastelitos lindos.

–Me sentía lo suficientemente mal  como para comprar un pastelito.

–Ya veo –me lo arrebata de las manos y empieza a devorarlo–, Lamento haberle contado lo que pasó a Zack, no estuvo realmente bien.

 –Zack...–Ella debe notar como su nombre altera todos mis pensamientos, pues para de comer para preguntar algo nuevamente.

–¿No has solucionado las cosas con él?–Niego con la cabeza.

si tan solo supiera...

–¿Debería?–abre los ojos con fuerza, como si no pudiera  comprender lo que acaba de salir de mi boca.

–No puede ser...–Pasa su mano libre por su rostro, quizás cansada de lo mismo.

Y la entiendo, ella, tu y yo nos cansamos del mismo conflicto que siempre tengo con este tema.