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Este capítulo va dedicado a Valenntiiina

<3

VIAJE

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Para cuando salgo de la ducha y envuelvo mi cuerpo en una toalla, salgo hacia mi habitación y busco algo de ropa limpia y me dedico a cepillar mi cabello con el cactus muy cerquita de mi.

La verdad es que me había ayudado muchísimo todo este tiempo, y como Zack me lo había pedido, no me había despegado de ella en todo este tiempo.

No sabía si aquel concepto de las capacidades de dicha planta eran ciertas, o si tan solo el detalle especial de que Zack fuese quien me la había dado era lo que me mantenía algo feliz al respecto. Pero había funcionado en todos sus sentidos.

Voy hasta la cocina por el café que anteriormente había hecho y me sirvo un poco. El olor me relajó al instante.

Es ahí cuando mis ojos se centran en la luz que entraba por la ventana y el efecto que mantenía sobre el cristal de las rosas que Zack había traído a mi departamento hace unos días. Aquella forma simulaba un arcoíris.

Hasta los colores más brillantes pueden perder su tonalidad original...

Sin embargo las rosas de Zack me inspiraban a todo lo contrario.

Bufo porque no se que me ha hecho para que mantenga mi mente ocupada.

El sonar de la puerta me distrae, camino algo cabizbaja y sin ganas a inclinar mi ojo en el agujero que me permite ver a dos figuras algo distorsionadas por el aumento.

—Se que estas allí, Joanna ¿Puedes abrir?

No contesto.

—Tengo las llaves y si no das una jodida señal de vida entraré a hacerte brujería para que vuelvas a la vida —me espanto con la voz de Alexa, Rylie hunde su codo en su costado y le da una mirada de pocos amigos.

—Joanna, queremos saber como estás.

Lucho con todo mi ser cuando quito el pasador de la puerta, decidida a abrirla.

Cuando lo hago, voces en mi interior empiezan a protestar por ello, sentimientos de culpabilidad y vergüenza han crecido con unos cuantos segundos en donde el silencio ha sido el primordial lazo que nos rodea.

Lágrimas corren por mis mejillas cuando menos lo espero, y antes de que alguna de ellas pueda acercarse o decir algo, tomo la iniciativa.

—Se que no podre evitarlas todo el tiempo... pero me apena mucho verlas al rostro ahora. Rylie, te pido que me perdones, no tuve que quedarme como si nada cuando tú... y C-caleb...

—Joanna...

—No se que me pasó ¿Vale? Mi cuerpo se congeló en cuanto él m-me tomó del cuello, fui una torpe en volver a hacer lo mismo después de tanto. Y-yo tuve que reaccionar...

Antes de lo esperado unos brazos delgados me rodean, Rylie pasaba sus manos en mi espalda, sobando una herida que no existía físicamente, pero todavía cicatrizaba en mi corazón.

El abrazo solo hizo que me sintiera quebrantada y diminuta, como esa pequeña hormiguita en un mundo cruel, luchando por no ser pisada.

Así me sentía a veces. Y esta era una de ellas.