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    '                       ¿EXTRAÑAR?
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Vale, sí fue una noche larga.

Ahora mismo tengo la peor cara de la existencia, con unas ojeras horribles que he tratado de tapar toda la mañana.

¿La buena noticia? Lo estoy consiguiendo.

Estuve dando vueltas en la cama, toda la noche, por un lado estaban los problemas económicos de mi familia y las soluciones que buscaba, sin hallar nada más que una sola respuesta.

Y por otro lado estaba el estúpido del innombrable, que no se porque seguía atormentando mis pensamientos.

Suspiré mientras me colocaba una pequeña cartera colgando del hombro, supongo que he logrado verme bien, a pesar de la noche que he tenido.

Pensamientos 0 Joannita 1

Salgo del departamento ya lista, cuando veo a Rylie entrar a su departamento, ella me echa una ojeada y me sonríe felizmente antes de acercarse.

—¡Joanna! Me alegra verte de nuevo— me repasa de arriba a abajo con una sonrisa y ojitos de aprobación—. Estás espectacular, ¿Saldrás con él chico que me has contado?

—No se ha manifestado.—admito, aburrida de la situación.

—Oh, entonces saldrás de casería—me guiña el ojo y sonrío, divertida, al menos ha logrado hacerme reír.

—En realidad, iré a buscar trabajo.

—Oh, mira que estoy en lo mismo, pero no conozco tanto este lugar.

—Pues, ya que yo voy, deberías acompañarme, así te guías mejor.

Ella se emociona —demasiado—, y se lanza a mí.

—¡Gracias! Iré a buscar mi bolsa, espera unos segundos.

—Vale— Sonrío al verla irse llena de felicidad.

Y así empieza el recorrido por la mitad de la ciudad, de trabajo en trabajo, de locales en locales y entre otras cosas, hemos pasado horas caminando y parece que ni soy la única que se quiere tumbar al suelo, Rylie, quien está a mi lado, parece igual de derrotada.

—Bueno, esta sería... ¿la décima tienda a la que entramos?—Ella asiente sin ganas, no es que nos hayan rechazado como tal... más que nada, era porque alguien ya había ocupado el puesto.

Odio profundamente a quien ocupó el puesto.

Creo que esta será la última a la que entramos, está por oscurecer.—me dice, antes de ponerse frente a la tienda.

—Bien, la décima es la vencida.

—¿Que no era la tercera?

—Esta vez no.— sonrío antes de tomar su mano y entrar a la tienda, que básicamente es una cafetería no tan lejano de nuestro edificio, contengo la respiración y me acerco al chico que está anotando algo en la barra—, Eh... hola.

Al instante captamos su atención, primero me repasa a mi con la mirada y luego pasa a Rylie, su sonrisa se ensancha.

—¿Por qué no me avisaron que vendrían chicas tan lindas? Me hubiera arreglado más.

—Seguramente le dices eso a todas las chicas que pasan por aquí —murmuro con una ceja enarcada.

Él parece vacilar antes de responder.

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