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NEVADA

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El viaje en carretera siempre me había gustado, en realidad me parecía uno de los viajes más cómodos para hacer con la Perdona correcta. Y esa persona era Zack.

Los pequeños copas de nieve bajaban sin parar por la ventana del coche nuevo que Zack había podido sacar con algunos ahorros que tenía.

Sí, Zack tenía ahorros, yo también me sorprendí.

—¿Por qué estás nerviosa?—la pregunta me coge desprevenida.

—¿Por qué tú no estás nervioso? ¿No se supone que cuando el novio va a conocer a la familia tiembla de miedo?

—Has visto muchas películas.

—No, he visto a Diego con las piernas temblorosas antes de subirse a su camioneta e irse con Rylie a casa de sus padres.

Había recordado esa escena, había sido muy divertido verlo tartamudear.

—Les caeré bien.

Su tonito de convicción hacia que mi incertidumbre creciera más y más.

—Seguro ya tienes todo planeado...—entrecierro los ojos.

—Si se me dan bien los planes, pero esta vez no tengo nada en mente —me dedica un vistazo rápido.

Vuelvo a despegar los ojos de la pantalla, desde que salimos de la residencia me había encargado de escribir esa pequeña historia que pronto sería publicada.

—¿Y cuando has tenido algún plan?

Eso parece llenar sus ojos de diversión, me recordaba a esa vez en la feria que... demonios.

—Ahoga que lo recuerdo...¡Me distrajiste en la feria!—se desconcierta por unos segundos por el cambio tan brusco de conversación que acabo de hacer.

—¿Yo?

—Sí, tú. Utilizaste a la señora del futuro para que no siguiera indagando, esta vez no podrás distraerme nuevamente.

—Te falta una coma allí —señala a laptop que descansaba en mi regazo.

—Oh, Sí, gracias.

Vuelvo a escribir y corregir el punto que Zack había señalado.

No pasan unos segundos después que suelto una palabrota porque me ha desviado nuevamente.

—¿Que pasa?—capto su atención y lo miro enfadada.

—¡Querías distraerme!—noto que mis sospechas son ciertas en cuanto una sonrisa inocente se dibuja en su rostro.

Oh pequeño idiota...

—Me haz atrapado.

—¿Que pensabas?—su sonrisa se hace más grande, como si estuviera a punto de hablar de lo más emocionante en la vida.

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