Mensajes que nunca llegaron ✔️

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    '               NUEVA AMISTAD
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Pues... creo que tenemos problemas.

Pero, tampoco quiero que lo malintérpreten, no son problemas exageradamente importantes, básicamente...

Eres una dramática.

Sí, básicamente eso.

Y no, no diré que he pasado una semana larga, tampoco diré que han sido 7 días largos en el que—Él idiota del innombrable— no se ha molestado en escribir.

Así que no.

NO se me ha hecho nada larga ¿Vale?

Idiota Zack.

Por claras razones no lo hago yo, porque el último mensaje ha sido mio.

Yo guardo mi dignidad.

Estúpido Zack.

Quizás es mejor así, Quizás solo ha querido distraerse un rato y lo ha conseguido.

Entonces la estúpida ha sido otra ¿Eh?

Cállate ya.

La cuestión aquí, es que no me interesa si me habla o no, él no es nada para mi, y no lo será, de hecho, puedo verlo totalmente fuera de mi...

Noto que mi celular vibra sobre la mesita de noche frente al sofá, y no lo dudo, me lanzo a él con una rapidez que no me gustaría admitir. Pero también admito que me he decepcionado un poco al notar que no es Zack quien ha llamado, ha sido Arianna, contesto sin ganas, al instante.

—Hola Joannita—imita la voz de mamá, gana mi sonrisa al instante—, ¿Como has estado?

—Bien, creo,—miento, ni he pasado la mejor semana, en realidad—. ¿Las cosas ya van mejor en casa?

—Trato de que todo vaya con calma.

Siento su voz más apagada, por lo que entiendo que no ha sido una semana fácil para ella, o para nadie.

—¿Es tan grande la deuda?

—Podrían quitarnos la casa,—Trago saliva con fuerza, empiezo a sentir un nudo enorme, como si toda la información que he recibido esta semana estuviera envuelta en mi garganta—. Es grave.

—Yo... estaba pensando en salir hoy a buscar empleo, y así las cosas podrían mejorar un poco, podría enviarles algo de dinero, lo que gane, sacando claro lo del departamento y algunas cosas que necesito comprar para la carrera, pero yo podía...

—Joanna, pienso renunciar a mi trabajo.—me dice casi al instante, dejándome sin palabras, siquiera me doy cuenta del tiempo que pasa hasta que escucho nuevamente su voz.

—¿Eh?

—Has escuchado bien, me ofrecieron algo diferente para trabajar y gano algo más que aquí.

Yo me quedo muda mientras la escucho hablar.

Aprieto los labios por la impotencia que siento, se que Arianna ama ese empleo y a penas estaba ejerciendo su carrera como veterinaria, mamá no podía hacerle esto, yo tampoco.