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VERGÜENZA

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La notificación de mi celular vuelve a hacerse sonar, ese timbre que ha sonado repetidas veces en estas horas y entre la noche anterior.

Hago un esfuerzo enorme para no voltear hacia la pantalla, pero es en vano, termino leyendo el mensaje de la persona que se ha encargado de mantenerme con los pies en la tierra y ha procurado mandarme un mensaje cada hora.

Zack:¿Pudiste dormir anoche?

Los mensajes anteriores aparecen bajo de los nuevos en la barra del celular.

Zack: ¿Ya has comido?

Estoy en la puerta de tu departamento, te traje una bandeja de comida de KFC, Alexa me ha dicho que es tu favorito, cuando te sientas lista háblale ¿Vale? Ha estado preocupada. También he traído algunas cremas para tu cuello, basta un poco para que deje de arder y las marcas desaparezcan.

Zack: Me iré para que puedas salir a recoger la bandeja ¿Vale?

Mejor sal rápido, hay dos niños aquí que se ven sospechosos.

Hago una mueca similar a una sonrisa.

Zack: Vendré mas tarde.

Asegúrate de seguir portando tu brillo único, Diamond

Quisiera poder darte la razón Parck...

Sujeto el celular sin mucho interés, habían llamadas perdidas de Alexa, algunas de Rylie e incluso algunas de Diego.

No podía simplemente darle la cara a alguno de ellos, me avergonzaba lo que había pasado y en el estado en que me vieron...

Claro está que era una faceta que no quería que vieran y todavía es algo que me cuesta aceptar y superar a mí.

Me sentía humillada y avergonzada de ni haber sido capas de defender a Rylie... de quedarme en suelo cuando más tenia que apoyarla, no puedo perdonarme esto.

Sobra decir que no había pasado una buena noche, y que a penas me había molestado en ir por unas tostadas a la cocina.

Simplemente no quería mostrar la cara en estos momentos, sé qué me derrumbaría nuevamente en el suelo para llorar.

Cuando estaba frente a la puerta me aseguré de que nadie se encontrara detrás de esta, el agujero pequeño con aumento me confirmó que evidentemente, no había nadie.

Abrí la puerta, al hacerlo, tal y como Zack me lo había dicho. A mis pies estaba una bandeja con bolsas de comida encima, otra bolsa que, supuse que eran los medicamentos y otra más pequeña, ya averiguaría que contenido tenía.

Cierro la puerta a mis espaldas a una velocidad no muy razonable llego a mi cama, cuando me tumbo lo primero que tomo en mis manos es esa pequeña bolsa para empezar a mirar su contenido.

Dentro de esta había una planta algo singular, un cactus diminuto que a penas había empezado a asomarse para ver el mundo.

Muy mala decisión de su parte.

Confirmo

Junto a este había una pequeña nota escrita por la letra algo enredada de Zack, pero legible ante mis ojos.

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