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BODA

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Al estar listas no me había despegado de Katherine, siquiera para ver si estaba bien arreglada. Le habían dado esos nervios de novia que eran claramente normales, así que a cada rato tenía que repetirle lo mucho que amaba a Zev y que el pobre no podía quedar plantado en el altar por su nerviosismo y esta, era la quinta vez que se lo repetía

-Capaz y me perdona.

-Katherine, si fuese al revés ¿lo perdonarías?

-Ni en broma.

-Pues te aseguro que él piensa igual.

Ella tomó una respiración bastante profunda. Muy, muy profunda y al final se decidió por entrar sin aviso alguno.

Tuve que apresurarme a tomar la cola de su vestido y ponerme detrás de ella. Aquel vestido era hermoso u ceñido a su figura, el velo le daba su toque especial y resaltaba su tiara.

En cuanto entró todos se pusieron de pie y la miraban con sonrisas de felicidad y orgullo, hasta su familia, que antes no aceptaba para nada este compromiso junto a la música tradicional de fondo.

Mi vista recayó en alguien, alguien que no estaba mirando a la novia en lo absoluto. Me miraba a mí, él siempre se aseguraba de darme ese lugar, esa posición, de hacerme sentir que era la única que brillaba para él.

Le dediqué una sonrisa pequeña y discreta a Zack, se borró cuando algunas adolescentes estaban detrás de él murmurando cosas y tratando de llamar su atención.

¿Habíamos traído el repelente?

No. Pero ya no se me volverá a olvidar.

Mi mirada se enfocó ahora en la novia, en el suelo de pétalos que recorrían un camino algo tortuoso y largo que jugaban muy mal con los nervios.

Entonces me sentí en el lugar de Katherine, por breves segundos me puse en su posición y una pregunta llegó a mí.

¿Como sería casarse con Zack? Tener una familia y toda una vida con él era algo con lo que a lo largo de esta historia pero, jamas lo había considerado realmente, siquiera cuando aquella mujer había dicho en su bola de cristal.

Regresé a la realidad cuando llegamos al final de aquel camino.

Ver a Katherine casarse por fin era algo de ensueño, estuve en discusiones, reencuentros, salidas, plantaciones, fui testigo desde el inicio y es impactante poder decirlo.

Los votos fueron cortos realmente, se le veía las ganas de decir de una vez por todas y cuando lo dijeron vino la mejor parte.

-Puede besar a la novia.

Ambos sentían vergüenza de dar el paso, al final, Rylie fue la que pudo hacerlo. Jaló el traje de su novio y se besaron, eso ocasionó una lluvia de aplausos y gritos eufóricos que festejaban dicha unión.

Los novios salieron felices de aquella iglesia hasta el salón de fiesta que quedaba al lado, pero yo no me moví.

Zack se acercaba con pasos cortos, ese traje le quedaba de lo más de bien, y hacía que me derritiese de tan solo verlo.