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    '                 CONCLUSIONES  
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Admito que, luego de anoche no me he sentido muy animada, ni mucho menos he querido ir a estudiar, estoy algo distraída y no quería que eso me afectara hoy. Y una pequeña falla no arruinará mi carrera.

Ahora mismo estoy en frente de mí laptop con una hoja en blanco en la pantalla, la línea al principio de esta no deja de aparecer y desaparecer, haciéndome perder la paciencia.

Esto es absurdo.

¿Por qué simplemente no podía mandarlo a la...

Sin palabrotas chica, aquí tenemos mente sana.

Vale, tienes razón.

Siempre la tengo.

No te aproveches de eso.

En fin, lo que quiero decir es que después de todo lo que he vivido en las últimas 3 semanas —Que de hecho es cuando conocí a Zack—, no quería hacer más nada, ni lidiar con nada, mucho menos con estos bajones emocionales causados por cierto chico, en cualquier otra ocasión lo hubiera mandado a la...

¿Mmm?

China, allá lo hubiera mandado. Pero no, tenía que estar aquí, matandome la cabeza pensando en él y todo lo que ya me habían dicho.

Ha decir verdad, me sentía como en una montaña rusa cuando estaba con Zack, por un lado, era lo que él demostraba cuando estaba conmigo, las risas, los chistes y sus bromas estúpidas, los momentos que me hacían sentir... como yo, realmente. Y había perdido ese sentimiento hace ya mucho tiempo por... bueno, problemas.

Quizás eso era lo que me mantenía ahí, la curiosidad por saber como es que Zack lograba hacer eso, sacar a la verdadera Joanna del lugar donde me había asegurado que jamás saldría. Lo cierto era que, él había logrado lo había buscado desde hace un tiempo.

Y por otro lado... estaba lo que a penas conocía de él, o lo que parecía conocer de él y el miedo constante de... bueno, encariñarme poquito con él y que las cosas no salieran bien, por no decirlo en otros términos. No quería más decepciones en mi vida.

Y esas eran mis conclusiones.

Empezaba a estresarme por el simple hecho de que no sabía que hacer, creer o pensar.

Esto es asquerosamente horrible.

¿Podríamos centrarnos en el libro que debes terminar, querida? No creo que se escriba solo.

Ah, sí, el libro, cierto.

Coloqué mis manos en el teclado de la laptop y no había escrito al menos dos palabras cuando el timbre sonó.

Enarqué una ceja, no esperaba a nadie, pero me hice a la idea de que era Alexa.

Me puse de pie y caminé vagamente a la puerta con una actitud deprimente, la verdad.

Abro la puerta con la misma expresión y entonces... pude sentir la verdadera vergüenza señores. Ahí estaba yo, con pantalones de pijama de Puca y una camisa blanca que me llegaban casi a las rodillas, y ni vamos a hablar de las pantuflas de perrito que me había regalado Arianna el año pasado en navidad. Y Zack ahí al frente de mí con una estúpida sonrisa repasandome desde las pantuflas de perrito a mi rostro sonrojado.

—Me encanta tu estilo de las tardes, Joanna —Él reprimió una risa con todas sus fuerzas, pude notarlo.

Por inercia estuve a punto de cerrarle la puerta en la cara, pero logró impedirlo con el pie.

Mensajes que nunca llegaron ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora