Mensajes que nunca llegaron ✔️

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  '               UN BUEN DESPERTAR
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Despertar fue agradable cuando sentí el cálido rayo de sol sobre mi piel, me detuve ante esa sensación tan buena al estirarse, estaba realmente cómoda, podría quedarme aquí un año entero...

Y el olor... había un olor delicioso, olía a panqueques recién hechos.

Pero si yo estoy aquí y Katherine sigue con su prometido, entonces...

¿Se te ha olvidado que tenemos al bombóncito en la sala?

Ah sí, el bombóncito.

...

Oh carajo ¡El bombóncito!

Me levanté en casi un salto mortal-Mortal porque casi me he caído de boca-. Abrí la puerta con rapidez y corrí por el pasillo hasta la cocina. Al estar frente al arco de la puerta me sujeto bruscamente de los lados, enterrando las uñas en la madera.

De inmediato me roba la atención cierto pelinegro con la misma ropa de anoche y una expresión cansada pero pensativa sobre la sartén, como si estuviera adivinando algo grandioso en esta.

—Para ya, el pobre panqueque ha de sentirse intimidado —intervengo, llamando su atención al instante.

—No sería el único por aquí que se siente así cuando le miro —me dedica una mirada leve acompañada de una sonrisa.

Y tan solo basta eso para sonrojarme.

Que gran inicio de día.

—¿Sabes cocinar?—pregunto antes de que pueda seguir el tema anterior.

—Estoy despierto desde las siete Joanna—alzo una ceja sin entender, él lo nota 6 continúa—, Son las nueve y solo he conseguido hacer un panqueque algo deforme —me burlo mentalmente cuando compruebo que si es un panqueques deforme.

—¿Tanta hambre tenías?

—Nunca desayuno.

—¿Nunca?

—Nunca —Asegura.

—¿Y entonces por qué...?

—Quería hacerte el desayuno —Habla rápido, pero no lo suficiente para que no lo entendiera, yo me quedo un instante pasmada en el mismo lugar. En otro momento esto de verdad me hubiera robado 98 latidos en un segundo, esta vez solo fueron 97 porque recordé que estoy molesta.

—Es un lindo gesto de tu parte —mantengo mi semblante serio y me acerco a la cocina, ese panqueque deformado huele más bien de lo que aparenta y joder tengo hambre—, No puedo aceptarlo.

Él parece realmente confundido al inicio.

—Joanna...

—Zack.

—¿Seguirás enfadada por esa tontería?

—¿Mis sentimientos te parecen una tontería?

—Sabes a lo que me refiero—sé a lo que se refiere.

—No, la verdad que no —me doy la vuelta después de verle a los ojos, se que si mantengo la mirada caeré en sus estúpidos encantos de niño lindo.

—¿Como puedo hacer para que ya no estés enojada conmigo?—me detiene.

Su pregunta me agarra desprevenida, muy desprevenida, pero aún así sonrío maquiavelicamente.