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ZACK-DESASTRE

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Detengo el coche más allá de las puertas del lugar, cuando bajo del coche veo a cientos de universitarios salir al tiempo por grupos, no hago más que buscar a Joanna con la mirada.

Apoyo mi espalda en el coche mientras espero y clavo la mirada sin quitarla de las puertas esperando a que aparezca, tampoco la despego cuando noto que una chica de cabellera azabache se me acerca.

—Hola guapo, creo que la persona que iba a recogerme se ha tardado bastante.

—Pues espera.

Respondo de la manera más pasiva que se me ocurre.

—¿Podrías llevarme? Tengo algo de prisa y...—dejo de mirar hacia las puertas cuando noto las intenciones de la chica en acercarse más a mí, tratando de restregar sus pechos cerca de mí—, Quizás podríamos divertirnos.

Empezaba a perder la paciencia con esta mocosa.

Justo antes de que su mano hiciera contacto conmigo le detengo enseguida, bajo la mirada a sus ojos, son grises, es una chica bastante bonita, lastima que tenga que comportarse así. Le dedico la mirada más fría antes de soltar su mano.

—No quiero, vete.

Ella parece molestarse pues coloca ambas manos en su cintura.

—¿Esperas a alguien a caso? ¿Es tu novia? Déjala aquí, seguramente yo puedo complacerte más de lo que ella lo hace.

No pude evitar reírme de ese comentario, realmente me había hecho gracia que tan solo tratara de compararse con Joanna.

—Mi novia es mil veces mejor y no tiene que enseñarme los pechos para complacerme, ahora por favor, lárgate, y busca a algún idiota que te haga caso.

Ella aprieta los labios en una mueca que no supe distinguir completamente, quizás era de enojo o de incomodidad, no me importaba de la más mínima manera.

No le dedico otra mirada, solo hasta que por fin decide irse suelto un suspiro de fastidio, odiaba que se me acercaran de esa manera.

Mis ojos se iluminan cuando por fin veo una cabeza llena de rizos alocados caminar hacia mi. Bajo la mirada a su rostro, tenía la nariz arrugada, era justo lo que hacía cuando se enfadaba.

Esta molesta era hermosa.

—Hola puercoespín ¿Que tal tu día?—me inclinó un poco para verla a los ojos, aunque no parezca muy contenta.

—Ha estado bien, ¿Nos vamos?—no espera una respuesta, ya había entrado al coche sin más, supongo que no ha estado tan bien como dice.

Me subo igualmente al coche y lo enciendo, no pasan muchos segundos cuando ya estamos en la carretera camino a casa de mi madre.

La miro de reojo y me encargo de llevarme cada detalle de como va vestida a mi memoria. Va con un Jersey ajustado que lleva un escote en el pecho que no me ha disgustado en lo más mínimo, y unos jeans anchos que le favorecen mucho a su  figura, Joanna era la chica más hermosa que mis ojos tuvieron la dicha que mirar algún día.