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EN ESPERA


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Me quedo muy quieta con la mirada fija al celular, esperando a que se aumente otra línea dibujada en la barra de notificaciones.

Pero no llega nada.

Na.da

—Sabes que estas trabajando ¿No?

Miro con carita de perro achicopalado a Rylie. Como si ella lograra traspasar mis pensamientos y leer cada uno de ellos se sentó a mi lado.

—Joanna, llevas así desde ayer, Zack no tardará mucho en contactarte.

—Una parte de mi lo cree, pero otra solo quiere oírle y así obtener algo de paz, me preocupa...—no había dormido en toda la noche por dar repetidas vueltas en la cama, al igual que las palabras del padre de Zack vivían ya en mi cabeza a toda hora.

Parecía que se habían echo una casita del terror justo en el centro de todos mis pensamientos, y no, no era nada agradable.

Sentía un tirón en mi brazo que me obligaban a levantarme, pero solo se ganó un gruñido de mi parte.

—Venga ya, si te quedas ahí sentada vas a sentirte peor, y si sigues escuchando canciones tristes vas a ir a peor —Su regaño se llevó mis auriculares.

–Negativo por negativo da positivo, deja mis auriculares.

Arrebato a mis bebés de sus manos.

–Como sea, puedes empezar ya tu descanso, pero una vez finalice vas a ayudarme con la familia rara que está al fondo —Y así se esfumó hacia la cocina.

En parte si debería sentirme culpable... aunque yo tenia que verla siempre besuqueandose con Diego. De pronto la culpa salió volando.

Estaba a punto de levantarme cuando mi celular empezó a vibrar sobre la mesa. Una ola de felicidad cruzó mi cuerpo cuando llevé el celular a mi oreja.

—Estaba esperando que...

—Hola hermana —Tan solo la última palabra fue como una bofetada a mi felicidad. Vaya, cuanto había tardado.

—¿Arianna?

—¿Tienes a otra hermana con ese nombre?—Desde aquí podía visualizar su ceño fruncido.

Pellizco el puente de mi nariz, entrando en razón.

—Perdona, he contestado sin revisar ¿Pasa algo?

—Nada diferente, en realidad llamaba para saber como estaban.

—¿Estaban?

—Sí, sí. Tú y el guapo que nos ayudó.

—Arianna...

—¿Qué? No puedes perderle chica, es guapo, rico y de paso se ve bastante carismático, así hay pocos Joanna, reacciona.

¿Como le decía que si lo había perdido pero no de esa forma?

—Somos amigos.

—Vale, me has confirmado lo que siempre me he sospechado.

—¿El qué?

—Que tienes algún problema mental niña, ese chico te quiere, no hace falta tener una vista perfecta y el cerebro de Einstein para saberlo.

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