Capítulo 6: Sam

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En ese momento absolutamente todo el público enloqueció.

Las chicas de la primera fila empezaron a chillar cómo si no hubiera mañana y también pude oír algún que otro silbido y como alguien le gritaba al cantante lo guapo que era.

Seguidamente Blake, y supe su nombre por qué no me hizo falta ser muy lista para deducir que ese era el chico del que habían hablado mis amigos, empezó a rasgar su guitarra y a cantar la primera frase de esa canción de Queen que me había parecido escuchar antes.

Y como seguramente medio local, no pude evitar fijar mi mirada en él.

Tenían razón.

Era guapo a rabiar.

Y bueno con la guitarra.

No, buenísimo.

No le hacía falta ningún foco para deslumbrar por sí solo.

Estaba subido en un escenario, pero era alto. Muy alto.

Tenía unos ojos muy grandes, aunque con las luces de colores no pude apreciar bien de qué color eran. Los rizos de su melena rubia le llegaban hasta su marcada mandíbula, en la cual una barba incipiente empezaba a crecer. Sus labios eran carnosos y de un rosado muy particular, y no podía parar de mirar cómo se movían con cada palabra qué cantaba.

Iba vestido con una chaqueta tejana y unos pantalones de pinza negros que la verdad, no le sentaban nada mal. También lucía una camisa blanca entreabierta que dejaba ver una cadena plateada en su cuello y que hacía conjunto con el color de su impecable guitarra eléctrica.

Aunque todo el físico se quedó en segundo plano cuando le escuché cantar con una voz rota y rasgada increíble. Como si le fuera la vida en ello, pero a la vez no tuviera que hacer ningún esfuerzo. Como si hubiera nacido con ese don y le saliera de forma natural.

Como si perteneciera allí arriba y solo allí arriba.

Durante todo el concierto se movió de una punta a la otra del escenario con una soltura espectacular, haciendo solos de guitarra, saltando, riendo, interactuando con el público...

Él solo llenaba la sala con su presencia.

La verdad es que los cuatro chicos lo estaban dando todo. No dejaban de bailar, saltar y tocar sus instrumentos apasionadamente, y el público hizo absolutamente lo mismo.

Aunque no me sabía la letra de muchas de las canciones, había muchas otras que sí, así que Sina y yo no paramos de cantar y gritar en todo el rato. Hasta grabamos alguna de las canciones con el móvil.

Tan solo iban por la mitad del concierto y ya me lo estaba pasando en grande.

Los chicos hicieron subir la temperatura de la sala en seguida, así que la cerveza bajó rápido. No quería perderme ni un solo momento del concierto, porqué sinceramente lo estaba disfrutando cómo una niña pequeña, pero Sina también tenía sed así que decidimos escaparnos a la barra a por otra cerveza.

Cuando volvimos, el cantante hizo una pausa para hablar mientras se colocaba su melena rubia, ya mojada por el sudor, hacia atrás.

No profundizaré en lo muy sexy que me pareció ese gesto.

Los demás chicos se dedicaron básicamente a coger botellas de agua y a literalmente tirárselas por encima.

- Bueno ahora vamos a tocar un tema propio - Soltó Blake, aun recuperando el aliento de la última canción -. Lo escribimos hace unos meses. Esperamos que os guste.

En ese punto del concierto empezaron con canciones un poco más lentas y un montón de gente abrió la linterna de su móvil para hacer el ambiente un poco más íntimo.

Espérame en CamdenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora