Capítulo 29: Blake

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Me miré al espejo y lo primero que me vino a la cabeza fue que esa noche iba a hacer el ridículo más grande de toda mi vida.

Nadie me había visto aún con esas pintas, pero estaba tan avergonzado que podía sentir como me empezaban a sudar partes del cuerpo que hasta aquel momento no sabía que podían hacerlo.

El año pasado al menos nos habían dejado subir al escenario sin disfrazarnos.

¿Habíamos hecho el ridículo igualmente?

Pues la verdad es que sí, pero al menos al llevar mi chaqueta puesta me había sentido suficientemente confiado para subir allí y ponerme a cantar.

Aunque esa noche no lo tenía tan claro. De hecho, ya habían pasado por mi cabeza diversas maneras de fugarme y no llegar a subir nunca a ese escenario.

No quería que llegara el momento de estar allí arriba y sentirme como una puta mierda.

No quería que se repitiera lo del año pasado.

Lo habíamos dado todo y la poca gente que había venido había estado demasiado borracha todo el tiempo como para prestarnos un poco de atención.

¿Por qué tendría que ser diferente este año?

Me estaba empezando a cabrear conmigo mismo por haber aceptado humillarme de aquella forma tan solo por el simple hecho de no herir los sentimientos de mis amigos.

Bueno, mirando la parte positiva, al menos me había librado de tocar el piano.

Otra vez.

- ¿Me puedo quitar la boina, al menos? Parezco estúpido y se me va a caer en cuanto toquemos la primera canción - Le dije a Ethan, que al haber estudiado lo mismo que yo, seguía disfrazándose igual.

A ver, el disfraz que habían elegido los de mi carrera no estaba del todo mal.

De hecho, estaba brutal para bailar y emborracharse, pero para subirse al escenario y actuar delante de todo el mundo...

Me sentía ridículo. Completamente ridículo.

- ¡Tío! La boina es la gracia del disfraz. Sin la boina vas a parecer un camarero, o peor... Un mago – Me advirtió él -. ¿Quieres ser un puto mago?

- ¡Joder! - Exclamé al recordar uno de tantos traumas infantiles que tenía -. ¡Cállate! Ni si quiera sé por qué te conté esa mierda.

Para poneros en contexto, una de las pocas veces que había ido a algún lugar con mis padres había sido a un espectáculo de magia. Solo os digo que tuve pesadillas con ese mago durante un montón de noches de mi vida y ya no os voy a contar nada más porque de verdad que tengo un puto trauma y se me pone la piel de gallina tan solo de recordarlo.

- Ya sé con qué amenazarte a partir de ahora cuando no te quieras levantar de la cama. - Se rio.

- También puedes amenazarme con vestirme con tu traje del trabajo... Es aún más horrible que el que llevo puesto.

- No hables muy alto... No vaya a ser que de aquí un año tengas que llevar uno igual tú también.

¿Qué? ¿Había oído bien lo que acababa de decirme?

<<Estás cabreado por lo del concierto. No lo ha dicho con mala intención, no lo pagues con él...>>

- Antes prefiero pegarme un tiro en la cabeza - Admití con cara de pocos amigos e intenté cambiar de tema rápidamente para no seguir con esa conversación -. Estos pantalones me aprietan los huevos, joder.

Espérame en CamdenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora