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Habían pasado días desde que la palabra "lindo" se había escapado de la boca del pelirrojo. No habían tocado el tema y no tenia pensado tocarlo, pues estaba igual o hasta incluso mas avergonzado que el de pendientes. Ahora mismo no tenia nada que hacer, comía un pote de helado acostado en el sillón que amaba tanto, escuchando la televisión sin realmente prestar atención a la novela que pasaban todas las tardes en ella. Era una de sus fuentes de entretenimiento, pero el capitulo de ese día estaba siendo desastroso y no quería morirse de pena ajena.

- ah... - escuchaba como la omega protagonista se quejaba de sus problemas, siendo el mas grave el hecho de que su padre la llevaría a parís por su cumpleaños - ojala yo tuviera esos problemas... - 

También aprovechaba que estaba solo para soltar a su mascota y dejarla correr feliz, obvio teniendo la debida seguridad como para que no se le muriera de alguna forma estúpida (como pisarla por ejemplo). 

Y en esos momentos es donde se arrepentía de haber nacido omega, de tener las hormonas mal hechas o lo que fuera, odiaba ser tan sensible, odiaba que su humor cambiara de un momento para otro. Se giro de lado, abrazando el pote y chupando la cuchara de plástico con los ojos húmedos, de repente le habían entrado ganas de llorar.

- que porquería. Me gastaría ser como tu y correr como idiota dentro de unas rejas - le hablo al peludito frente a él.

Se acomodo mejor en el sillón y decidió por fin ponerle atención a la novela. No entendía mucho de lo que estaba pasando, pues se había saltado un gran trozo del capitulo.

- ¡Es que no lo entiendes! - una rubia le gritaba a otra - ¡Él es el amor de mi vida, mamá! no puedo sentirme completa sin él - 

- pero...mi niña, ese hombre no es bueno para ti,  apenas llevan un par de días conociéndose y - 

El sonido de algo quebrándose asusto a la pobre señora, quien corto sus palabras del susto.

- ¡deja de decir lo mismo mamá! - la jovencita se tomaba el pecho, sobreactuando demasiado a ojos del pelinegro - lo que hay entre Joseph y yo es especial, puedo sentir como se agita mi corazón cada vez que escucho su voz... - 

- Nicole...ni siquiera se han visto en persona -

- ¡ahg! ¡nunca me entiendes mamá! - y la escena se corto con la rubia azotando la puerta de su habitación, pando de inmediato a una pausa comercial.

- hum...me pregunto si alguna vez fui así... - buscaba dentro de su cerebro algún recuerdo de su adolescencia, sabia que debía de haber algo ahí...algo que hacia que esa escena tan absurda golpeara un poco de su dignidad.

Su mente se ilumino, recordando cuando descargo un app de citas recomendada por Zenitsu. Nunca debió de hacerlo, se arrepentía eternamente y su alma lloraba sangre de vergüenza. En un inicio lo había hecho por olvidar al pelirrojo, había salido terriblemente mal, pues al parecer las únicas personas que se dignaban a descargar aquella cosa eran viejos que buscaban un poco de consolación antes de morir. Y de alguna forma, termino entablando una corta amistad con un viejito que había confundido la app con una de mensajes y le había confundido con una de  sus nietas.

Se giro de nuevo hasta quedar boca arriba, en ese entonces le había salido muy, muy mal... pero había conseguido distraerse del pelirrojo por un tiempo. 

- tal vez... - bueno, podría intentarlo una segunda vez, que mas daba sino servía, solo la borraría y ya esta. No lo iba a doxear, ¿verdad?

Descargo la primera app que le salió, la mas votada y la que mas tenia descargas, lleno todos los datos menos la foto, no quería arriesgarse tanto y solo puso una imagen de un gato que encontró por ahí. Nada mas terminar la app solita comenzó a buscar su posible "media naranja" al rededor de todo japón. Le dieron muchas ganas de reír cuando la pantalla se lleno de corazones y la imagen de un chico de ojos azules inundo la pantalla.

Lazos [TanIno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora