24

237 22 4
                                    


Todo iba tan bien...

Se despidieron de Zenitsu y Nezuko, aunque esta ultima no quería separarse del chico de cabello azul pues su instinto le pedía protegerlo. Y que decir de Zenitsu, el también ese instinto maternal hacia Inosuke que le hacia querer quedarse con él pero, lo mejor era dejarlo en manos de Tanjiro por ahora. Y Yuu se suponía también volvería a casa, pero la lluvia lo agarro desprevenido y aunque pensaba que el pelirrojo seria capaz de echarlo con tremendo chaparrón, el mayor lo dejo quedarse en casa.

No podía creérselo.

El estado de Inosuke aparentemente ya estaba mejor, yendo de un lado al otro con almohadas y cobijas estampadas con ositos para dárselas a Yuu y que no pasara frio en la noche, el alfa mayor le presto una pijama con figuritas de koalas estampadas y el omega le presto un par de medias esponjosas que le quedaban grandes.

- Dormirás en mi habitación - dijo con la boca llena de arroz chino que encontró el refrigerador, porque así es, ese cerdito no se iba a dormir sin tener doble ración de comida - el sillón no es tan cómodo, además de que el frio se mete por la ventana. Mi habitación es bastante cerrada -

- pero ¿y tú? - le habían regalado incluso un cepillo de dientes nuevo que no usaban.

- dormiré con el frentón de Tamketsu - 

Bueno, no todo en la vida era perfecto. Se conformo con que le hubieran regalado un cepillo y con el hecho de que estaría en la habitación de lo que pensaba él, podría ser su media naranja, como solía decirle su abuelo cuando estaba mas pequeño. El mas bajito termino su comida, terminaron de asearse y se dieron las buenas noches. 

Nada mas abrir la puerta fue como una explosión de frutas. El aroma débil de las feromonas de Inosuke estaba super concentrado en su habitación, era un aroma muy peculiar, le gustaba. Se sentó en la cama, era blanda y se sentía por alguna razón cálida, no perdió ni un segundo y se lanzo sobre ese colchón, en parte porque estaba cansado y por otra porque estaba impregnado con el aroma del omega. Se sentía como estar siendo abrazado por él, al cerrar los ojos se reproducía en su cabeza la imagen de ese lindo rostro sonriente. ¿Podría ser su destinado? tanto tiempo buscandolo...no quería ilusionarse, pero, ya lo había hecho.

Y mientras el azabache se hundía en sus fantasías, en la otra habitación, Tanjiro trataba de calmar el llanto de su compañero.

- ¿P-Por qué Tanjiro?...odio sentirme así... - se abrazaba al mas alto, buscando algo que en él no había por una razón injusta

- tu puedes contra ello Inosuke, eres fuerte y -

- ¡pero no es cuestión de fuerza! literalmente estoy atado a Kaigaku, por mucho que me esfuerce, es imposible no caer ante mi instinto... - odiaba llorar, le ardían los ojos y la cabeza comenzaba a dolerle, pero la desesperación que sentía era mucho peor que todo eso, le provocaba rascarse hasta sangrar - no puedo...y para joderla mas, ese estúpido problema que tengo las feromonas, lo vuelve peor - 

El pelirrojo se sentía superado. Era cierto lo que decía, ¿Cómo poder luchar contra algo que era una simple reacción natural? él ahí no podía meterse, ni Kaigaku ni Inosuke podían hacer algo, la marca en el cuello del omega ya estaba ahí. Permanente hasta que...alguno de los dos falleciera. Libero un poco de su aroma para intentar distraer al otro, sin soltarse del abrazo aun. 

- no lo quiero, lo detesto. Pero me arde estar lejos de él, me duele cuando me rechaza... - el omega se desahogaba en sus brazos, siendo sincero por primera vez con él - su aroma me provoca...me dan ganas de volver a caer... - 

- No. No volverás a estar cerca de ese tipo - se lanzo a la cama sin soltar al peliazul y envolvió a ambos en las cobijas - te voy a ayudar... - 

"pero no puedes..."

Lazos [TanIno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora