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Hoy era el día de las velitas. 

Dia en el que salían todos de sus hogares a encender velitas en la calle, no entendía el porque de esa "tradición" pero era divertido y lo era mas si podía encender chispitas y hacer formas con ellas en el aire.

Casi todos los año lo hacia con su madre y sus amigos, pero ella esta vez no podía acompañarlo. Compro las velas desde temprano y espero con ansias a que el cielo se pusiera oscuro de una vez por todas. Había llamado al pelirrojo para preguntarle si le iba a ayudar a armar los farolitos de cartón que había encontrado baratos en la tienda de la esquina, el chico le contesto que si con su voz de siempre y el se sintió como un cohete a punto de estallar.

Lleno de emoción y alegría por cada rincón de su cuerpo.

Pero los ánimos se le cayeron al suelo cuando ya iban dando las siete con treinta y ninguno de sus conocidos se aparecía. 

Se le notaba en el rostro lo desanimado que estaba, pero no quería sentirse triste, odiaba estar triste, así que tomo los faroles sin armar y aun en su paquete para ponerse a hacerlos y tal vez en lo que los hacia, Tanjirou aparecería.

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Ya había armado todo, la gente afuera en la calle ya tenia sus velitas desde hace buen rato y el solo miraba desde la ventana la gente divertirse juntos. Suspiro dejando caer su peso sobre sus rodillas aun sobre el sillón, sin dejar de mirar la ventana y apoyando el rostro sobre su mano. 

Estaba aburrido y le enfadaba ver que su apartamento era el único sin nada.

Frunció el ceño y se levanto enojado, pues si nadie lo iba a acompañar, entonces lo haría solo y se iba a divertir si o si.

Salió a su balcón y saco los faroles y dos paquetes de velas de colores, uno a uno lo fue llenando con una velita para luego colgarlo no sin antes haber encendido la velita. Pensar en como iba a acomodar cada farolito lo tenia algo distraído, tanto que no noto  como un tipo rubio llegaba por su espalda.

- ¡ay, lamento llegar tan tarde! - su grito hizo saltar al muchacho mas joven, soltó el farol al suelo y sin poder evitarlo, la vela quemo el cartón y se prendió en segundos frente a ambos - ¡se incendia! ¡apágalo! ¡apágalo! -

Inosuke comenzó a pisar desesperado hasta que solo quedaron trozos negros y chamuscados de lo que antes era un lindo farol. Rodo los ojos con fastidio y miro al rubio 

- Hola Monitsu - hablo seco, enojado pero al mismo tiempo feliz - ¿conoces la puntualidad? -

- ¡lo siento! es que, Nezuko chan y yo estábamos en una cita y pues... - Inosuke ya lo sabia, desde que aquellos dos se hicieron pareja el rubio se había ausentado un poco en su amistad, no se enojaba por eso pues nunca le tuvo fé al rubio, era como un milagro lo que le había pasado.

Sus feromonas lo delataban mucho, olía las dulces con olor a miel del rubio y las fuertes con olor a rosas de la chica de ojos rosas.

- y eso paso - termino Zenitsu mirando por fin al pelinegro, lo vio tan concentrado en el suelo que le pareció raro, después de pensar un poco, se dio cuenta de lo que le pasaba - ¿esperaste mucho? - le pregunto con una sonrisa, le daba un poco de pena el estado de Inosuke.

- no - era un buen mentiroso, pero nadie podía engañar a los buenos oídos del rubio.

- ¿y Tanjirou? - pregunto, tal vez ese hombre era el que tenia tan mal al salvaje.

¡bingo!

El omega mas joven no contesto nada, miro el cielo y camino hasta la baranda que lo protegía de no caer al vacío.

- quien sabe... -

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Ya era tarde, Zenitsu se había quedado un buen rato con el antes de que se fuera casi corriendo cuando su novia lo llamo. Cuando se fue, comenzó a lloviznar, los faroles se apagaron y el se metió adentro  para no mojarse, se quedo un rato sin hacer nada, pensando en que comería en el desayuno de mañana cuando la puerta se abrió y un cabello rojo se asomo por la esquina.

- ¡Inooo!~~ -

- ¿Tanjirou? - 

Pregunto, el alfa se veía mal, desarreglado y despeinado, también tenia un olor horrible y muy fuerte, tanto que tuvo que taparse la nariz.

- no lo puedo creer, ¿bebiste? - miraba los ojos perdidos del pelirrojo, tan cristalizados que daba miedo.

- ...¿no? - le respondió con la sonrisa mas boba y mensa que Inosuke había visto en toda su vida, suspiro enojado y se tiro al respaldo del sillón.

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Le había costado un poco guiar a Tanjirou a su habitación aun así esta quedaba solo como a diez pasos de donde estaban, pero era tan grande y pesado que guiarlo era complicado, mas si sus piernas cambiaban de dirección cada que podían. 

Cuando abrió la puerta de una patada, no le importo que el otro se golpeara con el marco de la puerta y lo jalo hasta lanzarlo sobre la cama. Miro enojado la espalda ancha del alfa y suspiro como por decima vez ese día, acomodo su camisa y se dio la vuelta.

- buenas noches - estaba por salir, pero...

- Ino~~ -

Esa voz, estaba enojado, pero también muy, muy enamorado.

- ven, acompáñame esta noche~ - su voz sonaba tan extraña, tan cariñosa y mas suave de lo normal, quería ir y lanzarse sobre sus brazos - durmamos juntos hoy - 

No podía evitarlo, se giro y camino sin dejar de mirar el suelo hasta que estuvo frente a frente al otro, solo viendo sus pies. Se tenso cuando sintió sus brazos cálidos rodearlo por la cintura y espalda y luego tirarlo a la cama sin soltarlo. 

- Ino, Ino... - apretaba el cuerpo entre sus brazos y se balanceaba a sus lados mientras hundía la mitad de su rostro en el oscuro cabello - ... - 

Lo estaría disfrutando, claro, si no fuera porque era el chico que le gustaba y tenia novia, porque olía a perfume de flores dulces y tenia manchas sospechosas en el cuello. Estaría feliz, revolcándose de emoción en su conciencia, pero ahí estaba, con el pecho adolorido e incomodo.

Pero bueno, no podía desaprovechar la oportunidad de abrazar al pelirrojo.

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Hoy en Colombia en el día de la velitas y me inspire de eso.

No me gusto mucho como quedo, solo queria desahogarme un porquito.

Espero que a ustedes si les gustara 😔

Hasta la proximaaa



Lazos [TanIno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora