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Kotoha rodo en la cama, quedando boca arriba en la cama. Se sentía feliz de hablar con su bebé después de un largo tiempo, el trabajo la tenia agotada y a duras penas tenia tiempo para ella misma. Y lo menos que quería era que viviendo con ella su bebé se quedara tanto tiempo solo por culpa del trabajo, sabia lo mal que la pasaba y después de lo que paso con ese indeseable alfa, el pobrecito había quedado muy afectado. Por eso cuando Tanjiro se le ofreció a ayudarle, le agradeció de todas la maneras y en todos los idiomas existente.

- ah, es tan igualito a su papá... - dijo recordando al pelirrojo, el día que nervioso se le ofreció a cuidar de su niño. Igual de tembloroso y nervioso que Tanjuro cuando ella se acercaba, cuando aun iban al colegio.

- Koto chaan~ ¿ya hablaste con el jabatito? - un rubio entro a la habitación, con un mandil y unos guantes de horno en las manos.

- si cariño, iré a verlo la próxima semana - dejo su celular y miro al hombre.

- moo~ ¿vas a dejarme aquí solito? - hacia pucheros con la boca, pareciendo un perrito abandonado.

- no molestes Douma, ya estas muy grandecito - se sentó en la cama, juzgando con la mirada al hombre grande que no paraba de hacer pucheros mientras miraba el suelo. Rodo los ojos, aguantando las ganas de reir.

- podrías llevarme~... - sentía que todos lo excluían, le dolía, pero no podía desobedecer a su bella esposa. 

- sabes que no le caes muy bien a Ino, tal vez cuando mejoren su relación te lleve. Deberías comenzar por llamarlo y pedirle perdón, ¿no crees grandulón? - se levanto para acercarse y jalarle una mejilla, ignorando las quejas bobas del rubio que se hacia el tonto - vamos, Ino es comprensivo...a veces -

- ni siquiera va a contestarme si lo llamo - deprimido abrazo a la mujer.

- hmm...entonces hagamos algo - le empujo para tomarlo de las mejillas y hacer que le mirara directamente a los ojos - voy a convencerlo para que hablen, pero tienes que prometerme que lo harás y no vas a huir como lo hiciste la ultima vez - frunció el seño, esperando un si del rubio mientras le mostraba su meñique.

- ¡vale! - sonrió, atontado por la belleza de la mujer frente a él. La abrazo y junto su meñique con el de la ojiverde, cerrando así la promesa.

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- mira mira, es la mejor parte - el mas bajo apretaba entre los brazos un cojin, disfrutando de un trozo de la pizza. Tan emocionado y concentrado que no se daba cuenta de lo cerca que estaba del ojigris. 

Si estuviera en una situación normal, se sentaría nervioso de tener tan cerca al omega, pero la película que estaba viendo era asquerosa, no sabia si iba a poder comer natilla después de esa escena en la que a una mujer vieja se le caía el cuerpo a pedazos. ¿Por qué había aceptado que el eligiera la película?

- que mierda es...¡dios! ¡que asco! - Inosuke se carcajeo, tomando del brazo al chico mientras se balanceaba como un loco, sin saber si mirar la película o seguir riéndose por el rostro tan tonto que ponía el alfa.

- vamos~ no seas cobarde y cierres los ojos, tonto~ - se había acercado lo suficiente a la cara de Yuu como para que rozara su nariz son la mejilla del chico que se tapaba los ojos con las palmas, le pellizco la nariz y el chico asustado le tomo de la muñeca intentado quitar la mano.

- no tengo miedo, es solo que no quiero ver como una señora se come su propia oreja - incluso su apetito se había ido, sintiendo asco por el sabor de la pizza en dentro de su boca. Suspiro, rindiéndose y dejando la mano del chico ahí, parecía una piedra, no se movía ni un poquito.

Lazos [TanIno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora