Con sólo una sonrisa.

1.

Narra Lía.

Me desperté en un gran día soleado,maldiciendo como se me olvidó por la noche bajar esa persiana que hacía que entrara la luz de lleno dándome en la cara y haciéndome ser incapaz de abrir los ojos sin que me molestara.

Me levanté como pude y fui dirección a la cocina,en la planta baja.
Mientras bajaba esas escaleras que por preciosas que eran, las odiaba por pereza,me percaté del silencio que reinaba en mi hogar.
Preguntándome donde estaría Isabel,mi mejor amiga,que se autoinvito a dormir esta noche en mi casa.

Entré a la cocina esperando encontrarmela allí,y efectivamente,estaba sentada en una silla en medio de la isla que reinaba en la sala,mientras tomaba su café mañanero y miraba atenta sus hojas de la universidad.
Buenos días - pronuncié con todo el cansancio acumulado.
Me acerqué a ella y le di un suave beso en la cabeza mientras volví a mi objetivo,hacer mi café.
Buenos días - dijo Isabel mientras me hacía una especie de sonrisa,que se quedó en el intento e hizo una especie de mueca.
Me apoyé en la isla mirándola con una ceja levantada,viendo como su estado de humor no estaba por la labor como estaba ayer.

¿Estás bien? - me senté a su lado,esperando a que me diera la respuesta de ese estrés que se veía a la legua.
Suspiró y apartó la hoja que tenía más cerca para poder apoyarse y mirarme frustrada.
Es frustrante como pueden agobiar unas cuantas hojas - dijo mientras pasaba la mano por su frente,siempre lo hacía cuando estaba agobiada o estresaba,lo aprendí con los años.

Isabel estudiaba Periodismo,y estaba a un paso de conseguirlo,y yo,como mejor amiga,estaba muy orgullosa de ella.
Pasé mi mano por su espalda intentando reconfortarla,esta semana tenía los últimos exámenes,que decidirían su título o no,y con ello,unas prácticas en las que todavía,no ha recibido ninguna llamada.

Puedes con esto,yo estoy aquí para ayudarte - sonreí viendo cómo eso la animó y pudo sacar a relucir su sonrisa,mientras que mentalmente me autoconvencia de poder ayudarla,no tenía ni idea de periodismo,ya que yo acababa de terminar los exámenes de mi título de Arquitectura,y por ello,esperando unas prácticas que al igual que mi amiga,parecían no llegar.

Estuvimos un buen rato allí,sentadas en silencio,yo miraba mi teléfono buscando prácticas para las dos,mientras que ella,repasaba una y otra vez esa dichosa hoja que me estresaba hasta a mí.

Venga,ya,levántate -dije al cabo de media hora. - Vamos a dar un paseo,creo que es lo mejor para aliviarte ese agobio.
Isa se levantó sin rechistar,mientras se dirigía al piso de arriba para darse su ducha y prepararse,a lo que yo la copié y subí directamente al otro baño.

Después de ducharme,me vestí con unos vaqueros normales y un top blanco ya que el calor reinaba en está ciudad.
No me apetecía maquillarme, así que solo opté por ponerme el rímel.
Cogí el bolso negro que llevaba mi móvil y mi cartera, sólo por si acaso,y bajé para esperarla.

Al cabo de 15 minutos bajó ella,con paso ligero intentando hacerme creer que estaba de mejor ánimo,pero yo sé que no.

Cogí las llaves de casa y cerré tras pasar con mi amiga,y decidimos andar sin rumbo,hasta que dimos con la tienda de ensueño de Isabel...

Vamos a entrar por favor! - me hizo un puchero mientras me ponía los ojos del gato con botas,intentandome convencerme de entrar a la tienda por octava vez en la semana.
Giré los ojos con una pequeña sonrisa y entramos,y como siempre,mirando el
merchandising de su querida F1.

Desde que conocí a Isabela me ha dejado bien claro cuánto la gusta,adora las carreras,mientras que yo,sólo la escucho por lo feliz que me lo cuenta.

Prométeme que viajaremos algún día para ver una carrera en directo - dijo mientras ojeaba las camisetas de la escudería Red Bull.
Prometido - dije sonriendola,viendo cómo lo celebraba dando unos pequeños saltitos,adoraba a mi mejor amiga,y si tendría que ahorrar 5 años sin gastarme un euro para llevarla allí,lo haría.