Se sintió mareado mientras abría los ojos poco a poco. Aún estaba un poco aturdido y su vista seguía algo nublada, pudo ver una línea de luz sobre su cabeza, al igual que un tubo de metal a su lado derecho. Se sentó sobre la especie de cama donde estaba mientras trataba de enfocar las cosas que estaban a su alrededor.
Era una habitación algo amplia con instrumental médico sobre una mesa de metal que estaba a su lado izquierdo. Las paredes eran de color blanco, algo desgastado y sucio. Había un sillón amplio de color café en una de las esquinas de aquel lugar, todo lo demás eran estantes y vitrinas que guardaban varios tipos de medicina. Traía la misma ropa que había tenido la anterior vez, lo único que no tenía eran sus guantes ni su bandolera. Una especie de manguera plástica salía de su brazo e iba directo a aquel tubo de metal que estaba a su lado derecho. Era una intravenosa con suero. Lo sabía gracias a que su madre le había enseñado algo sobre medicina. Estaba en el edificio que utilizaban como hospital, ya que el único hospital que había cerca estaba en ruinas.
Se quitó la intravenosa de su brazo y se paró de un brinco de la camilla donde estaba, pero en cuanto sus pies tocaron el suelo se fue de cara contra él. Al parecer sus piernas estaban algo dormidas y no tenían la fuerza suficiente para poder pararse.
La puerta de madera de la habitación se abrió de golpe después de que Dylan cayera de la camilla, una persona entró corriendo a ayudarlo mientras este intentaba pararse. Dylan trató de ver quién era, pero su vista aún seguía algo nublada y borrosa, solo pudo distinguir el color de su ropa, traía una playera verde junto con un pantalón azul, pero también tenía una especie de manto blanco sobre ella.
—Hijo, como se te ocurre salir de la camilla —dijo aquella mujer con seriedad mientras lo ayudaba a sentarse sobre la camilla.
—¿Mamá? —preguntó Dylan mientras se recostaba sobre la camilla— ¿Qué haces aquí? Pensé que no podías salir de tu puesto y más en una emergencia como esta.
—Mi puesto si es importante, pero es más importante la salud de mi hijo —agregó Brenda mientras le colocaba de nuevo el suero en su brazo— Y sí, es una emergencia, pero tú también fuiste uno de los que salieron afectados.
—¿Yo? —pregunto Dylan extrañado— Pero si solo me desmaye por el miedo y por la ansiedad que me da recordar y ver esas cosas, no es la gran cosa —No quería que su madre supiera que no podía recordar nada de su vida antes del campamento.
—¿No lo recuerdas? —preguntó Brenda extrañada mientras terminaba de colocar la intravenosa.
—¿Recordar que exactamente? Solo recuerdo que me desmayé y eso fue todo —agregó Dylan— ¿Qué más pasó?
—No nada, solo te desmayaste, es todo —agregó Brenda nerviosamente— Me confundí con otro paciente.
—Madre —agregó Dylan con tono serio— Tú y yo sabemos que tú jamás te has equivocado en los diagnósticos y nunca confundirías a tu propio hijo. ¿Qué pasó exactamente? No me mientas y dime por favor qué fue lo que realmente sucedió.
Su madre se levantó de su camilla y se dirigió a la puerta de la habitación, se quedó parada viendo fijamente a la puerta, no hacía ningún ruido ni tampoco ningún movimiento. Volteo a ver a Dylan y salió de la habitación sin decir nada.
Dylan quedó confundido ante el comportamiento de su madre. Necesitaba respuestas, no podía quedarse así. Había recuperado su vista por completo, se quitó la intravenosa por segunda vez y salió detrás de su madre, descalzo, con paso lento y tembloroso. Aún no podía caminar bien, pero necesitaba una explicación de lo que había sucedido.
Mientras caminaba por los pasillos de aquel edificio pudo ver a varios habitantes sentados sobre el pasillo, unos estaban heridos y otros simplemente estaban acompañando a sus amigos o familiares si es que tenían. Al parecer el ataque no había sido tan mortal o destructivo, lo más grave que había visto era un hombre que tenía una corta enorme en el brazo. Mientras seguía caminando pudo notar que las miradas de las personas iban directo a él. Lo miraban como si fuera una especie de bicho raro o algún tipo de persona extraordinaria. No entendía el porqué. ¿Qué había sucedido realmente para que las personas lo vieran de tal manera?
Mientras trataba de no pisar o empujar a las personas que estaban sobre los pasillos, pudo ver a su madre a lo lejos entre los heridos que estaban sentados, estaba vestida con su bata blanca que siempre usaba en el hospital. Gritó su nombre, pero al parecer su madre no lo alcanzó a escuchar, trató de correr, pero sus pies aún no se lo permitían. Aun así, se forzó a sí mismo. Corrió unos pocos metros antes de caer al suelo frente a su madre.
—¿¡Hijo, qué haces aquí!? —exclamó Brenda preocupada— Tienes que descansar.
—Madre que fue lo que pasó —agregó Dylan mientras levantaba su cara del suelo— Necesito que me digas qué pasó realmente.
—Está bien —agregó Brenda mientras se agachaba para levantar a Dylan— No te quería decir por qué sé que esto puede empeorar más tu condición, pero estás en tu derecho de saber qué pasó realmente. Volvamos a tu habitación.
Ambos caminaron hacia la habitación entre las miradas de los habitantes, todos observaban a Dylan con asombro, era como si hubiera hecho algo realmente asombroso o valiente para ganarse el respeto de los habitantes.
Al entrar, Brenda cerró la puerta y lo ayudó a llegar al sillón que había en la esquina de la habitación. Dylan se sentó sobre aquel sillón mientras su madre volvía hacia la puerta para ponerle seguro.
—Sé que sonará desconcertante, extraño y tal vez loco —dijo Brenda mientras se sentaba junto a Dylan— Pero es verdad lo que te voy a decir.
—¿Qué fue lo que me pasó? —preguntó Dylan desconcertado.
—Viste la luz —agregó Brenda.
Aquellas palabras dejaron a Dylan en blanco. Nadie había sobrevivido después de eso ¿Cómo era que él seguía vivo? ¿Era por eso que lo veían así?
—Madre, pero eso no es posible —agregó Dylan desconcertado— Nadie sobrevive ¿Cómo es que estoy vivo?
—Tal vez seas el único —agregó Brenda— Por loco que suene es la verdad, tu padre y tus amigos estaban ahí. Todos los que estaban contigo lo vieron.
—¿Vieron qué? —preguntó Dylan— ¿Cómo paso? ¿Alguien más la vio aparte de mí?
—No puedo decirte con exactitud porque yo no estaba ahí —respondió Brenda— Y tampoco quiero dar detalles de lo que tu padre me dijo, no quiero que te atormentes más, con tus pesadillas es más que suficiente.
—Pero necesito saber —agregó Dylan— Por favor dime como paso.
—Lo siento hijo, pero no puedo —agregó Brenda— Puedes preguntarle a tu padre o a tus amigos.
—Está bien, descansaré un poco y veré que hago —agregó Dylan mientras se recostaba sobre el sillón.
—En serio siento no poder darte detalles —agregó Brenda mientras abría la puerta para salir— No quiero ser yo quien te dé más cosas para que te atormentes. Y si sientes que no puedes con tanta información, no lo hagas, no preguntes.
Dylan sabía que su madre tenía razón, no debía adentrarse más en el tema si no quería perder la cabeza, ya tenía suficiente con sus pesadillas, pero la curiosidad era más grande. Necesitaba saber qué había pasado exactamente. Pero tampoco quería preguntarles directamente a ellos. La única opción que le quedaba era ver la grabación de la única cámara que había en el comedor. Por suerte conocía muy bien al encargado de eso, se había vuelto su amigo en esos años.
Se apoyó sobre el brazo del sillón y trató de pararse por tercera vez, esta vez se dio cuenta de que sus pies ya habían recuperado la fuerza necesaria para caminar. Se puso sus botas negras que estaban a un lado de su camilla y buscó su bandolera, pero no la encontró por ningún lado, al parecer se la habían quitado cuando ingresó, pero no sabía donde la habían puesto.
Antes de dirigirse hacia la puerta, noto que el suero tenía un color extraño, no era trasparente o amarillo como los que su madre le había enseñado, era azulado. Decidió ignorarlo para salir de la habitación. Camino por los pasillos llenos de personas con heridas menores en dirección a la salida del edificio. Eran dos puertas de cristal grandes, las cuales estaban tapadas con algún tipo de pintura gris, se dirigió a una de las puertas de cristal para abrirla. En cuanto abrió aquella puerta, la luz del sol lo deslumbró por un breve momento. En cuanto se le pasó el efecto se puso en marcha hacia donde estaba el puesto de vigilancia y las grabaciones de las cámaras.
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Heaven of death Fire rain
Random¿Acaso realmente son seres inteligentes o simplemente son monstruos? ___________________________________________ Hace 10 años "ellos" invadieron el planeta, la humanidad casi se extinguió, pero a pesar de todo parte de ella logró sobrevivir. Dylan u...